GUSTAVO LÓPEZ
Primera parte 1865-1983
“La historia no es una caprichosa y azarosa acumulación de acontecimientos sino que, mas allá de sus rasgos idiosincrásicos y sus ocasionales desvíos, existe un sentido discernible para el observador que concentre su mirada en las corrientes profundas del proceso. Desde esta perspectiva, la historia es siempre historia de un modo de producción, verdad elementalisima negada por el pensamiento burgués que asimila la historia a la crónica de acontecimientos. La historia contemporánea tiene un sentido fuertemente condicionado por las necesidades y contradicciones generadas por la acumulación capitalista”
ATILIO BORON.
ADVERTENCIA DEL AUTOR
El folleto que ahora sometemos a consideración del lector, no es el resultado de una investigación historiográfica y toma justa distancia de cualquier pretensión académica.
Su inspiración debe buscarse en los territorios de la pasión militante y en el hondo sentido de pertenencia a los desheredados de la tierra.
Estos apuntes no persiguen otro propósito que el de ofrecer a las nuevas generaciones de militantes sindicales y al público en general interesado en esta temática, una ordenada cronología de hechos y sucesos protagonizados por la clase obrera en el sinuoso camino de su conformación en “clase para si”.
En apretada síntesis, se procura dar cuenta de la polifonía de voces que a lo largo de más de un siglo contribuyeron de modo decisivo en la definición de la fisonomía y la morfología de la clase obrera uruguaya.
Los hechos del pasado concurren para la comprensión del presente y ofrecen importantes indicaciones para la prefiguración del futuro.
Desde esta perspectiva, hurgar en el ayer no es un ejercicio de la humana nostalgia sino un ensayo de cabal actualidad en búsqueda del punto de partida y el marco de referencia originario en la construcción de las principales experiencias asociativas del movimiento obrero.
Frente al relato histórico oficial y dominante, frente a la parafernalia de los circunstanciales vencedores, frente a la amplificación de las voces del capital, se erige con la incontenible fuerza de las corrientes subterráneas, la historia de los derrotados de hoy, las voces de los silenciados, las esperanzas de los desesperanzados, las vicisitudes y avatares del mundo del trabajo. Nada en la historia moderna de esta comarca puede entenderse sin reparar en el movimiento real de la lucha de clases, con sus heroicos avances y sus traumáticos reveses.
Si como afirmaba García Lorca “la memoria es el lugar donde las utopías son posibles”, es en la memoria de las resistencias populares donde anida el sueño emancipador de los pobres de la tierra.
Se trata entonces, de convertir a la utopía en realidad palmaria y de enviar al capitalismo al museo de la peor historia de la especie humana.
El autor asume toda la responsabilidad por las sombras que este texto contiene, y si algún rayo de luminosidad del mismo emerge se lo debo a las contribuciones generosas de mis compañeros y a las lecturas que sirvieron de insumo en la elaboración de este trabajo.
Si al termino de este humilde folleto el lector consigue aumentar en igual proporción el odio a los que explotan y el amor a los que sufren, el esfuerzo que demando su publicación estará plenamente justificado.
GUSTAVO LOPEZ
Diciembre 2006.
P/D: Dedico enteramente este folleto a mis compañeros de la Agrupación 1de Mayo del Sindicato Unico de Automóviles con Taxímetros y Telefonistas (SUATT).
Constructores cotidianos de un mundo nuevo.
APUNTES PARA UNA BREVE HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO URUGUAYO.
Durante el período transcurrido entre la segunda mitad del siglo XIX y el alba del siglo XX se producen en nuestro país importantes transformaciones tanto en su estructura económica, como en su ordenamiento jurídico estatal.
En efecto, las clases dominantes redefinen el modelo de país en arreglo con las mutaciones que se venían produciendo a escala planetaria y en el marco de una profunda crisis que amenazaba con comprometer el estándar de vida de la aún débil burguesía local. El Uruguay comienza a transitar el camino de la integración a la economía mundial en medio de un acelerado proceso de cambios.
En el núcleo central y estructurante de estas transformaciones, debemos ubicar el alambramineto de los campos con el fin de la estancia cimarrona y la consolidación del latifundio, las leyes de protección aduanera, el desembarco de la inversión extranjera particularmente británica, el incipiente pero decidido impulso a la industria manufacturera, el exponencial crecimiento urbano producido por el éxodo del campo a la ciudad, el auge del comercio y la construcción y la presencia de importantes contingentes de obreros calificados provenientes del viejo continente.
La sobreoferta de mano de obra posibilita a la burguesía la contratación de obreros con salarios miserables a cambio de extenuantes jornadas laborales que llegaban en ocasiones hasta las 16 horas diarias.
En algunas ramas de la producción y de los servicios, el trabajo infantil era harto frecuente, llegando a cifras que rondan el 18 % del total de la mano de obra empleada.
Las paupérrimas condiciones de vida de las clases populares, las inhumanas jornadas de trabajo sin descanso semanal, la carestía de la vida y el impulso dado por la presencia de inmigrantes europeos poseedores de una vasta experiencia de lucha social y un rico bagaje teórico, constituyen la condición de posibilidad para el surgimiento del movimiento obrero como colectivo organizado con firmes aspiraciones de incidencia en la realidad.
En el proceso de génesis del movimiento obrero en el Uruguay, juegan un papel destacado y por momentos determinante, los inmigrantes europeos, centralmente los italianos, muchos de los cuales eran perseguidos políticos, protagonistas de primer orden de memorables luchas obreras y propagandistas calificados de las ideas del Anarquismo y el Socialismo; consecuentemente, eran activos militantes anticapitalistas.
Iluminados por el faro redentor de las ideas libertarias y orientados por el aporte de experientes activistas, los trabajadores del país dan inicio a sus primeros ensayos asociativos.
En 1865 comienza el primer intento de organización que se registre, es el caso de los Tipógrafos, que estaban en permanente contacto con las ideas que venían de Europa debido a la propia especificidad de su trabajo. En 1870 el esfuerzo cristaliza con la fundación de nuestro primer sindicato la Sociedad Tipográfica Montevideana.
Esta pionera organización sindical, nace y se desarrolla sintiéndose tributaria del mutualismo Proudhoniano.
Dos años después de su fundación la Sociedad Tipográfica adhiere a la Asociación Internacional de Trabajadores confirmando tempranamente su clara matriz internacionalista.
En 1885 nace en Montevideo la Federación Regional de la República Oriental del Uruguay , también adscripta a la Asociación Internacional de Trabajadores y de fuerte definición anarquista. El historiador Carlos Rama entiende que la formación de esta primera federación fue responsabilidad de “un puñado de obreros de origen latino, algunos de ellos franceses que han participado en la experiencia de la Comuna de París en 1871, o españoles de la revolución cantonalista del 73 y que integraban la naciente clase obrera de Montevideo” .
Esta incipiente organización obrera precisaba sus objetivos desde los propios estatutos y en los siguientes términos “Liberarnos de toda tiranía, así social como económica, cualquiera sea su nombre y cualquiera sea la forma en que se halle constituida. Hacer que el capital, las primeras materias y los instrumentos de trabajo, vayan a parar a manos de los que directamente los utilizan, o sea, a manos de los trabajadores organizados en asociaciones libres, agrícolas e industriales, a fin de librarse de la esclavitud del salario y conseguir que la sociedad llegue a ser una libre federación de libres asociaciones obreras” .
Las ideas emancipatorias circulaban como reguero de pólvora entre las masas obreras a través de distintos periódicos y publicaciones y entorno a ellas comenzaban a nuclearse cientos de trabajadores de múltiples ramas y oficios.
Al tiempo que estas pioneras organizaciones de clase desarrollaban una fuerte actividad de propaganda y difusión de sus ideas, comenzaban a explicitarse frente a las patronales las primeras demandas de los trabajadores organizados. Reducción de la jornada de trabajo, aumento de salarios, descanso dominical, mejores condiciones de trabajo entre otras reivindicaciones, ocupaban los primeros renglones de todos los petitorios obreros.
La calma pueblerina comienza a perturbarse y un augural movimiento huelguístico se extiende por todos los centros neurálgicos del país. En 1880 se declaran en huelga los mineros de Cuñapirú, en mayo de 1882 los hospitales, en junio los trabajadores portuarios de Paysandú y en noviembre los carpinteros y fabricantes de muebles, en 1884 los trabajadores del fideo y un año más tarde los de la construcción y el calzado.
En la edición número 23 del periódico “La lucha obrera” de 1884 se publica un artículo en el cual se da detallada cuenta de los reclamos de los obreros fideleros, dice la crónica “Antes de declararse en huelga este importante gremio, una comisión formada por varios miembros, se apersonó a los fabricantes pidiendo aumento de salario, porque reducido era el que apercibían y no les alcanzaba para cubrir los gastos de primera necesidad”. Planteaban como reivindicaciones: 1) El aumento de salario, señalándose que los sueldos aumenten según la capacidad de cada obrero, desde $30 siguiendo el aumento progresivo hasta $40 y siempre guiándose el propietario por las facultades de cada operario. 2) Aceptando todos los propietarios de fabricas los precios fijados para el trabajo, se comprometen al mismo tiempo tomar a todos los operarios declarados en huelga, en los mismos establecimientos en que antes trabajaban sin exclusión de uno solo. 3) Las horas de trabajo serán las mismas que hasta ahora han regido en todas las fabricas de fideos” . Antes de la huelga los obreros fideleros ganaban entre $18 y $26 mensuales.
Durante las últimas dos décadas del siglo XIX la lucha por la reducción de la jornada laboral se intensifica y adquiere verdadera centralidad en el seno de la clase trabajadora y sus organizaciones. En 1889, apenas tres años después de los trágicos sucesos de Chicago, circuló en nuestro país el llamado del primer congreso de la segunda internacional, en el que sé hacia un llamado a la organización “de una gran manifestación en fecha fija, de tal manera que simultáneamente en todos los países y en todas las ciudades en el mismo día convenido, los trabajadores pedirán a las autoridades oficiales la reducción, mediante una ley, de la jornada de trabajo a 8 horas”, el llamado establecía la fecha del 1 de mayo para realización de la protesta universal.
El primer acto en conmemoración del día de los trabajadores en nuestro país se desarrolla el 1 de Mayo de 1889 en la esquina de 18 de Julio y Olimar, frente al antiguo cementerio ingles, a la concentración asistieron algunas decenas de personas. A pesar de la modesta concurrencia la prensa de la época registró el acontecimiento y el digno esfuerzo de aquellos trabajadores fue retomado en años posteriores hasta convertir al 1 de Mayo en una de las fechas de mayor significación para el movimiento popular de nuestro país.
Las postrimerías del siglo XIX encuentran a la novel clase obrera uruguaya enmarcada en fuertes y apasionadas polémicas entre sus distintas corrientes ideológicas. Proliferan los periódicos y las publicaciones que difunden las ideas de la revolución social, se fundan nuevas sociedades de resistencia, bibliotecas populares, ateneos libres y centros de estudios sociales.
Las discusiones en torno a la necesidad de crear instrumentos que propendan a la unificación de las organizaciones obreras recorren vigorosamente el interior de los distintos nucleamientos tanto de socialistas como de anarquistas.
En 1896 el Centro Obrero Socialista entidad que nucleaba a una pequeña porción de los socialistas de la época se propone crear una central sindical adscripta a esta tendencia.
En el mismo año y con propósitos análogos se crea la efímera Federación Obrera del Uruguay (FOU) a partir de la coordinación de 18 gremios. Esta organización anarquista es considerada por varios autores como el antecedente y pilar fundamental de lo que luego seria la Federación Obrera Regional Uruguaya (FORU).
En varios barrios de Montevideo nacen Ateneos y Centros de Estudios, destacándose los del Cerro y Villa Muñoz, que se convertían en verdaderas escuelas del pensamiento libre y sede de extensas y ricas polémicas.
En 1898 comienza sus actividades el Centro Internacional de Estudios Sociales organización fundada por un grupo de anarquistas italianos, en su mayoría sastres, que cumpliera un rol cardinal en la promoción de una cultura alternativa y contrahegemónica y en los primigenios pasos de la unificación sindical.
Merece especial señalamiento el papel de estas organizaciones en la formación de la identidad y los valores propios de la clase obrera. En actitud desafiante con relación a la educación formal y los valores burgueses los anarquistas promovían el auto y el mutuo didactismo, impartiendo en sus salones una vasta gama de cursos que iban desde aritmética, química, geografía, música, historia universal, danza y teatro y por supuesto múltiples palestra acerca de la cuestión social y el pensamiento libertario.
El siglo XIX agonizaba en medio de una aguda crisis económica y social y las masas obreras se preparaban en organización y conciencia para las peleas que avizoraban en el futuro inmediato.
Bajo los designios del autoritario gobierno de Juan Lindolfo Cuesta amanece el nuevo siglo y con el un renovado impulso a la industria nacional. El periódico obrero “El Trabajo” en su número 22 se refería al gobierno de Cuesta en los siguientes términos “Nuestro actual primer mandatario usa de todas las arbitrariedades posibles contra la libertad individual y el derecho de asociación. La causa verdadera a que responde estas medidas, es, sin duda alguna el delirio que lo ciega y arrastra hasta hacer pisotear la constitución” .
Resistiendo las medidas represivas del gobierno de Cuesta y en medio de la convulsión generada por el levantamiento de Aparicio Saravia de 1904, el movimiento sindical continua su proceso de consolidación y asenso en el ámbito nacional.
Con el arribo al gobierno de José Batlle y Ordoñez, el Estado comienza a jugar un rol destacado en la actividad económica en el marco de la política de sustitución de importaciones y de desarrollo del proteccionismo para la industria nacional. Durante este periodo el número de trabajadores empleados en la industria crece sustancialmente, se duplica el número de establecimientos industriales, el personal empleado en la manufactura pasa de 22.300 en 1889 a 30135 de acuerdo al censo de 1908
En un país que contaba por entonces con algo menos de un millón de habitantes, la población obrera oscilaba según estadísticas entre 85.000 y 99.000 trabajadores. Se constata por primera vez en la historia del país la supremacía numérica de la población urbana respecto de la población rural.
El impulso reformista del gobierno de Batlle, propicia las condiciones para el fortalecimiento de la clase obrera y su proceso de unificación orgánica.
Si bien el debate en torno a la legislación social se instala con fuerza en el país y en el marco de la lógica confrontación - concesión el movimiento sindical consigue algunas mejorías en sus condiciones laborales, las condiciones de existencia de las familias trabajadoras continuaban siendo paupérrimas. En promedio las jornadas laborales se extendían entre 12 y 14 horas diarias.
La obtención de las 8 horas de trabajo, el aumento de salarios y el mejoramiento de las condiciones laborales constituyen el núcleo central de las aspiraciones obreras y dan lugar a un extendido movimiento huelguístico que se instala en el país en 1905.
Los trabajadores ferroviarios, los del cuero, los portuarios, los peluqueros, los guardas y cocheros de tranvías, los obreros de aserraderos entre otros se lanzan a la huelga en pos de sus justas reivindicaciones.
En medio del clima de creciente agitación obrera, se crea la primera asociación por industria, se trata de la Federación de Trabajadores del Puerto de Montevideo, responsable del puntapié inicial para la construcción de una gran federación regional.
Por iniciativa de los trabajadores portuarios y en los salones del influyente Centro Internacional de Estudios Sociales, nace el 23 de Marzo de 1905 la Federación Obrera Regional del Uruguay (FORU).
El primer Congreso de la FORU tiene lugar entre el 25 y 27 de Agosto de 1905 con la participación de 32 organizaciones gremiales.
Esta organización de nítida matriz anarquista y antiautoritaria, se convertirá en la más influyente “central” obrera durante las primeras dos décadas del siglo XX.
En su congreso fundacional la FORU aprueba lo que se conoce como Pacto de Solidaridad en el que sus integrantes se comprometen a participar activamente en “...todas las luchas que se entablen contra el capitalismo absorbente, ya sean luchas permanentes de carácter económico por alguna mejoría inmediata en los salarios, o ya sean de carácter politico-social, para conseguir mejoras para el proletariado en general...”. En otro esclarecedor pasaje del Pacto se puede leer “nuestra organización es distinta y opuesta a la de todos los partidos políticos, puesto que así como ellos se organizan para la conquista del poder estatal, nosotros nos organizamos para destruir todas las instituciones burguesas y políticas, hasta llegar a establecer en su lugar una Federación libre de productores libres” .
Activamente comprometidos con las luchas de los trabajadores en todo el mundo, el primer congreso de la FORU envía un caluroso “saludo fraternal a todos los proletarios del universo en lucha por su emancipación económica y social, haciendo votos para que la solidaridad internacional sobrepase las fronteras, estableciendo la armonía sobre la tierra” .
Un año más tarde, entre el 29 de Setiembre y el 5 de Octubre se celebró el segundo congreso de la Federación, en esta instancia el número de congresales fue sensiblemente menor, participaron 23 delegados que ratificaron en lo medular las resoluciones del congreso fundacional.
El fin del primer periodo de gobierno de Batlle y Ordoñez y la impronta represiva de su sucesor, Claudio Williman, trajo como consecuencia un franco e intenso retroceso de las organizaciones sindicales.
Recién en 1911 se lleva a cabo el tercer congreso de la FORU que seccionará desde el 29 de Abril al 3 de Mayo con participación de delegados de más de 40 sociedades de resistencia. Los debates se centraron en la necesidad de definir estrategias tendientes a reorganizar al movimiento obrero y superar los duros reveses del periodo anterior.
Según los organizadores el número de confederados rondaba los 7000 trabajadores, algo menos que el 10% de los trabajadores ocupados en la capital.
La FORU, nace y se desarrolla fuertemente influenciada y con estrecha vinculación con su par de la vecina orilla, la también anarquista Federación Obrera Regional Argentina (FORA).
Todos los congresos de la federación reafirmaron la voluntad emancipadora de los trabajadores y en cuanto a definiciones ideológicas, se sostenía con contundencia y diáfana claridad lo siguiente “El Congreso obrero se declara, en gobierno, Libertario; en propiedad; Comunista y en religión Ateista”.
Entre los rasgos sobresalientes del perfil práctico de los militantes de la FORU, se destacan, una fuerte reivindicación de la ética y la moral, la permanente propensión a la formación, la abnegación militante, la adversión a la autoridad y la promoción de la acción directa como método.
Si bien, como venimos señalando, la FORU era el marco unificador de mayor gravitación en la lucha de clases a comienzos del siglo XX, existían también otros nucleamientos obreros de menor peso. La Unión General de Trabajadores (UGT) de orientación marxista que reunía a 25 sindicatos y la Unión Democrática Cristiana (UDC) que contaba con 8 gremios y 4 sindicatos autónomos.
Especial atención merece el año 1911 en la historia de las confrontaciones entre el capital y el trabajo en nuestro país, es en este año que tiene lugar la primera huelga general en el Uruguay.
En pleno proceso de reorganización de la Sociedad de Resistencia de los trabajadores Tranviarios, la dirección de las dos empresas que prestaban el servicio de transporte colectivo, deciden expulsar a los nueve dirigentes del sindicato, cinco de la compañía La Comercial y cuatro de La Transatlántica. Esta arbitrariedad determina que el 11 de Mayo de 1911 se declarara la huelga de los tranviarios, reclamando el reintegro inmediato de sus compañeros despedidos, aumento de salario, reducción de la jornada laboral, pase libre para viajar en los coches de la empresa, dos días francos al mes y el reconocimiento al derecho a la agremiación. El nivel de acatamiento a la medida gremial fue casi total y la ciudad amanecía sin los clásicos tranvías.
La huelga se desarrolla en medio de un inusitado despliegue policial por las calles de Montevideo con el claro propósito de amedrentar a los trabajadores en conflicto.
La prensa de la época consigna las múltiples expresiones de solidaridad recibida por los huelguistas de parte de los trabajadores organizados de otros gremios y de amplios sectores de la población. Los comerciantes ofrecían alimentos para el sostén de las familias trabajadoras, los intelectuales comprometidos donaban sus libros para que el producto de su venta financiara la huelga, diversas actividades de solidaridad se organizaron en barrios de la capital y principales ciudades del interior.
En medio del conflicto tranviario, socialistas y anarquistas coordinaron una movilización de apoyo que partió del centro y se dirigió al puerto, en la que participaron miles de personas.
Al persistir la intransigencia patronal los trabajadores organizados del tranvía recurrieron a la FORU en procura de una respuesta común de toda la clase trabajadora que permitiera la obtención de los reclamos obreros y de esta manera poner fin al conflicto.
El 23 de mayo el consejo de la FORU resuelve por unanimidad declarar la huelga general por tiempo indeterminado.
La primera huelga general en la historia del país contó con un extendido respaldo en todas las ramas de actividad. El gobierno militarizó la ciudad y se produjeron algunos incidentes cuando los trabajadores en huelga arremetieron a pedradas contra los pocos tranvías que circulaban conducidos por carneros.
La huelga duro 3 días y fue levantada luego que la asamblea de los tranviarios aceptara una formula que incluía entre otras cosas el reintegro de todos los despedidos.
La amplísima mayoría de la FORU valoró los resultados de la huelga como un verdadero triunfo y, el acopio experimental realizado por los trabajadores durante las jornadas de lucha, fortaleció enormemente la confianza de los obreros en sus propias fuerzas.
Motivados por esta experiencia las organizaciones obreras dan un renovado impulso a la lucha por la reducción de la jornada laboral.
Con relación a esta sentida aspiración obrera el tercer congreso de la FORU se expresaba con meridiana claridad “La ciencia justifica y exige la reducción de la jornada de trabajo como útil para la sociedad y para el individuo, pues en las largas jornadas de trabajo en las que el obrero esta encerrado en el taller, carece de tiempo para desarrollar vínculos de carácter afectivos, la moralidad disminuye, el carácter se rebaja, la voluntad se enferma y el ser humano se transforma en una maquina al servicio de la explotación capitalista”.
El primer proyecto de ley de reducción de la jornada laboral fue enviado al parlamento con la firma de José Batlle y Ordoñez el 21 de diciembre de 1906. En el texto que acompaña este proyecto de ley, se establece “actualmente la jornada laboral de ocho horas ha sido conquistada por numerosos gremios entre nosotros”.
Esta iniciativa estuvo precedida por dos intentos uno del diputado colorado Ricardo Areco en el año 1904 y otro por los nacionalistas Carlos Roxlo y Luis Alberto de Herrera en 1905.
Luego de apasionadas polémicas y enfrentando la más férrea oposición de los empresarios y los sectores más conservadores de las dirigencias políticas, la ley de 8 horas de trabajo se aprueba el 14 de Junio de 1913 en la Cámara de Representantes y recibe sanción definitiva dos años después el 17 de Noviembre de 1915 en el Senado.
Contrariamente a lo que afirma el discurso de las clases poseedoras y su historiografía obsecuente, la obtención de la jornada laboral de 8 horas para todos los gremios no fue una regalía del gobierno de Batlle sino el producto de años de cruentas y heroicas luchas del movimiento sindical uruguayo.
Los años siguientes estarán pautados por una coyuntura desfavorable para los sectores populares. Asume el gobierno el ultra conservador Feliciano Viera impulsado por los sectores más reaccionarios de la burguesía local y los terratenientes, aumenta significativamente el costo de vida como consecuencia de las políticas especulativas del empresariado que veía aumentar sus ganancias favorecidos por el aumento de sus exportaciones como consecuencia de la primera guerra mundial, se producen despidos masivos en la industria y se rebajan los salario.
Una fuerte lucha fraccional se instala en el seno de las organizaciones obreras.
El acontecimiento más importante en la historia de la humanidad desde la perspectiva de los oprimidos, la Revolución Rusa, divide aguas entre las distintas corrientes del sindicalismo uruguayo.
Por un lado, algunos sectores cifraban expectativas en los avances del proceso ruso y por otro, estaban quienes alertaban acerca del exceso de estatismo y centralidad en el ejercicio del gobierno en la república de los soviet.
Los debates en torno a la dictadura del proletariado, la formación del partido, el papel de la vanguardia y el rol de los sindicatos en el proceso revolucionario atravesaban sin excepción a todas las tendencias del sindicalismo uruguayo y particularmente a los anarquistas, puesto que eran el sector con mayor peso e influencia en la clase obrera.
Al calor de estos debates el movimiento obrero continua organizándose y protagonizando luchas reivindicativas, tal es el caso de los obreros de la carne que llevan a delante una huelga en 1917 y los obreros marítimos protagonistas de un combativo conflicto en 1918 en el curso del cual se producen fuertes enfrentamientos con la policía.
La FORU llama a un nuevo congreso en 1919 en el que participan 50 delegados representando sindicatos de Montevideo y el interior del país. El nivel de diferencias existentes y la polarización de los debates auguraban la escisión definitiva.
En setiembre del mismo año se crea la Unión Sindical Uruguaya (USU) como consecuencia de la fractura de la FORU, en la nueva unión sindical convivía anarcosindicalistas, con sectores marxistas y simpatizantes del proceso ruso sin definiciones acabadas en el plano ideológico.
Los años veinte son años de debilitamiento de la FORU y atomización del movimiento sindical. Las profundas diferencias que persistían en las distintas corriente del anarquismo y las que estas mantenían con comunistas y socialista no tardaron en aflorar.
Las controversias en torno al programa y la estructura de la nueva organización tensaron las relaciones entre anarcos unionistas y comunistas pro soviéticos.
Pese a que el recientemente fundado Partido Comunista (1920) pugnaba por ganar posiciones al interior del movimiento obrero, el predominio de los anarquistas todavía era incuestionable.
Como era previsible los comunistas rompen con la USU y conforman bajo la hegemonía de los trabajadores de puerto de Montevideo en mayo de 1929 la Confederación General del Trabajo (CGT), primera central dirigida por los comunistas y adscripta a la Internacional Sindical Roja promovida desde Moscú por los bolcheviques.
Los sueños de unidad sindical se desvanecen ante la compleja realidad y los trabajadores del país dividen sus orgánicas en tres bloques sindicales, la FORU, la USU y la CGT.
Las organizaciones de trabajadores no pasaron indemnes por esta ola de divisionismo, sus fuerzas se vieron claramente debilitadas y la burguesía aprovecha la flaqueza coyuntural de su oponente para arremeter contra sus conquistas.
Toda la década del veinte encuentra a la clase obrera en actitud defensiva frente a la arremetida de las patronales y el gobierno. No obstante, las organizaciones de trabajadores continúan fogueándose al calor de las luchas callejeras.
Un punto álgido de este período en cuanto a la combatividad obrera, lo constituye la celebración del 1 de Mayo de 1923. Al pasar la columna obrera por la avenida 18 de Julio, cientos de manifestantes expresaron su indignación apedreando un bar que permanecía abierto, la acción obrera de escarmiento motivo una furiosa represión policial con el saldo de 2 muertos un trabajador y un policía ambos fueron ultimados a balazos durante la reyerta.
A comienzos de 1933 el hasta entonces presidente constitucional Gabriel Terra (ex ministro de Batlle y Ordoñez) disuelve el parlamento y se erige como dictador.
La clase obrera enfrenta debilitada la primer dictadura del siglo XX, en este periodo son asesinados los militantes comunistas Idalecio Lujambio y Julia Scorino.
Tras un largo periodo pautado por duras derrotas el movimiento obrero se revitaliza en el despertar de los años cuarenta.
El contexto internacional determina una coyuntura favorable para la economía local, produciéndose un nuevo impulso industrializador que impacta fuertemente tanto en la materialidad como en la subjetividad de los trabajadores.
En 1942 se funda la Unión General de Trabajadores (UGT), en su primer congreso participaron 235 delegados en representación de 70 organizaciones gremiales.
Por vez primera, representantes del gobierno son invitados al congreso obrero, participan los entonces ministros Alberto Guani y Alfredo Baldomir.
El primer secretario general de la flamante UGT fue Enrique Ñato Rodríguez y el pro secretario José Pepe D´Elia.
La mayor influencia en la nueva central sindical era ejercida por trabajadores afiliados al partido comunista.
Por entonces y a instancias del diputado comunista Eugenio Gómez, se instala una comisión parlamentaria con el cometido de estudiar la situación salarial de los trabajadores de la industria. Como resultado de esta investigación los legisladores concluyen que la inmensa mayoría de los asalariados percibían ingresos de infraconsumo.
Esta acción legislativa es la antesala de los Consejos de Salario.
El 12 de Noviembre de 1943 durante el gobierno del colorado Juan José de Amézaga y en medio de importantes movilizaciones es aprobada la ley 10.449 que instituye el mecanismo tripartito de regulación salarial.
Si bien es durante este periodo que el movimiento sindical consigue importantes avances en materia de derechos laborales (licencias, aguinaldos complementarios, categorizacion, etc.) y su número de afiliados crece exponencialmente, las agitadas polémicas en torno a la participación en los consejos de salarios dividen aguas al interior de las organizaciones de trabajadores.
Anarquistas y Troskistas se oponían militantemente a la participación de los sindicatos en estos ámbitos, alegando que los mismos institucionalizaban la práctica sindical subordinándola al Estado y paralizando sus luchas.
En los hechos los Consejos de Salario se convirtieron en instrumentos de la conciliación de clases con claros propósitos domesticadores y fuertes componentes de disciplinamiento social para los obreros organizados.
El Estado exhibiendo una inverosímil neutralidad intenta jugar el papel de árbitro y articulador de intereses antagónicos. Como lo demuestra la experiencia histórica no existe posibilidad de conciliar los intereses del capital con los del trabajo y en cualquier confrontación entre desiguales la neutralidad es complicidad con el más fuerte.
De este modo, en la inmensa mayoría de los casos el Estado actuaba como un fiel aliado de las patronales. Por otra parte la institucionalización habilitó el surgimiento en el seno de las organizaciones obreras de los negociadores profesionales y los dirigentes rentados generándose una verdadera brecha entre dirigentes y dirigidos.
Es justo reconocer que en más de un caso la lucha de los gremios se impuso sobre la lógica de la negociación torciéndole el brazo a las patronales y el gobierno y avanzando sustancialmente en la conquista de sus justas demandas.
Mientras los abatares de la segunda guerra mundial ocupaban los titulares de todos los diarios los obreros de la potente industria frigorífica se lanzaban a la huelga por aumento de salarios y por la reposición de 10 trabajadores despedidos, la movilización contó con el decidido apoyo de la populosa barriada del Cerro.
La hegemonía de los comunistas en el movimiento obrero se vio desafiada al comienzo de la década del 50 por la actuación de los gremios autónomos que mediante el ejercicio de la acción directa desarrollaban la solidaridad con los conflictos. La acciones de los “gremios solidarios” despertaban gran expectativa y en ocasiones congregaban a miles de trabajadores. Tal fue el caso de la huelga en solidaridad con los trabajadores de ANCAP en la que se estima participaron más de 40.000 personas y que conmocionó particularmente a los barrios del Cerro, La Teja y Pueblo Victoria.
Los trabajadores y los vecinos se organizaban para enfrentar a la represión y frenar a los carneros cortando en varias ocasiones el puente pantanoso principal vía de acceso al Cerro. Es a partir de estas memorables jornadas de lucha que esta zona de la ciudad pasó a ser denominada “paralelo 38” en clara alusión a la línea que dividía Corea de Norte con Corea del Sur.
En el ocaso de esta década, se produce el triunfo de la revolución Cubana, el 1 de Enero de 1959 los barbudos de la Sierra Maestra hacen su entrada triunfal a la Habana.
El ejemplo de los insurrectos cubanos cunde raudamente por todo el continente y el mensaje de Fidel, Camilo y el Che se instala en el corazón de cientos de miles de oprimidos.
El imperialismo es humillado y la revolución se convierte en una realidad palmaria para los trabajadores de Latinoamérica.
Sin exageraciones de ninguna naturaleza podemos afirmar que ningún otro acontecimiento en la historia americana tuvo un impacto de tal magnitud para las clases subalternas como la gesta revolucionaria cubana.
El eco de los fusiles rebeldes abren el paso a la irredenta década de los 60.
La lucha por la Ley Orgánica Universitaria del a año 58 estrecha los lazos entre el combativo movimiento estudiantil y las organizaciones de trabajadores, nace al calor de los combates callejeros la inmortal y siempre vigente consigna de “obreros y estudiantes unidos y adelante”.
La firma de la primera carta de intención con el Fondo Monetario Internacional durante el gobierno del partido Nacional en 1959, trae como consecuencia lógica el aumento de las luchas populares y el antiimperialismo se encarna como un valor identitario de los sectores postergados.
Cuando promediaban los años 60 en medio de una aguda crisis económica y en un clima determinado por el ascenso de la represión, irrumpe en el escenario nacional la lucha armada. Más de una decena de organizaciones de heterogéneas matrices ideológicas y con dispar capacidad operativa comienzan a desarrollar acciones armadas.
Entre las más significativas de estas organizaciones se encuentran, el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T), la Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales (OPR-33), el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), las Fuerzas Armadas Revolucionarias Orientales (FARO), a lo que debemos sumarle la existencia de agrupaciones sociales, sindicales y estudiantiles con prácticas armadas y el inactivo pero poderoso aparato militar del Partido Comunista.
Los rumores de golpe de Estado recorren el país.
En medio de la efervescencia y el dinamismo social, el movimiento sindical realiza ingentes esfuerzos en procura de un marco unificador que le posibilite enfrentar con éxito los desafíos que planteaba la lucha de clases en esta particular coyuntura.
En Setiembre de 1964 se crea un organismo coordinador denominado Convención Nacional de Trabajadores integrado por los gremios de mayor gravitación en el movimiento sindical. Las bases para la unificación sindical y la unidad programática comienzan a cimentarse.
Le cupo a Gerardo Gatti, trabajador gráfico, el mérito de haber presentado el documento “Integración y funcionamiento de los organismos de la CNT”, que fuera finalmente aprobado y en donde se define la fisonomía y el contenido de la nueva unidad sindical.
El documento de Gatti establece “se integra la CNT por delegación directa de todos los sindicatos del país. Es un organismo estable, abierto...”.
Con el proceso de unificación orgánica en curso se convoca al Congreso del Pueblo, esta emblemática asamblea que nucleó a todos los sectores activos del movimiento popular uruguayo, se desarrolló entre los días 12 y 15 de Agosto de 1965.
En el congreso participaron 1400 delegados en representación de más de 700 organizaciones sociales, en esta instancia se aprobó un programa de soluciones para la crisis que entre otros puntos sostenía, la nacionalización de la banca y el comercio exterior, reforma agraria, impuestos progresivos a las tierras improductivas, control estatal de las industrias esenciales y gravámenes al privilegio.
Motivados por el éxito del Congreso del Pueblo la coordinación de la CNT convoca a una Asamblea Nacional de Delegados de todos los sindicatos para el mes de Enero de 1966, en la misma se acuerda citar para Setiembre de este año al congreso de la unificación o congreso fundacional de la Convención Nacional de Trabajadores.
El primer congreso de la CNT contó con la participación de 423 delegados en representación de 85000 afiliados.
En los estatutos de la convención se plasma como objetivo central la lucha por “una sociedad sin explotados ni explotadores”.
El proceso de construcción de un marco orgánico unificado para el movimiento sindical uruguayo no estuvo excento de tensiones y fuertes polémicas entre las distintas corrientes de opinión. Aunque todas las opiniones coincidían en cuanto al valor estratégico de la unidad obrera y la realidad lo imponía como una verdadera urgencia, persistían las controversias en torno al contenido, la forma y el alcance de la tan mentada unidad.
Largas negociaciones se sucedieron entre los principales referentes de las distintas posiciones, mostrando una enorme flexibilidad táctica y con concesiones recíprocas se arriba al acuerdo definitivo.
El propio nombre de Convención y no Central forma parte de estas negociaciones, los sectores que se oponían a la mayoría de orientación comunista defendían la idea de una estructura asambleísta y antiburocrática que se ajustaba en mejor forma en los marcos de una convención. Por otra parte estos sectores –que representaban el ala radical- colocaron tres condiciones en el proceso de convergencia unitaria, a saber: 1) la inexistencia de dirigentes rentados, 2) la incompatibilidad entre ser dirigente sindical y presentarse a cargos políticos electivos y 3) la no afiliación de la CNT a ninguna central internacional.
La CNT nace como la síntesis necesaria y posible en esa etapa del movimiento obrero uruguayo.
En actitud premonitoria, el primer congreso de la CNT resuelve que en caso de producirse el golpe de Estado la clase obrera lo enfrentara con la huelga general y la ocupación de los lugares de trabajo.
En las postrimerías de la década y al calor de las barricadas parisinas del mayo francés, el movimiento estudiantil protagoniza ejemplares jornadas de lucha que revitalizan la llama de la combatividad. El 14 de Agosto de 1968 es asesinado por la policía el militante comunista y estudiante de veterinaria Liber Arce, primer mártir del movimiento estudiantil. Al día siguiente más de 300.000 personas se movilizan acompañando el sepelio.
Un mes más tarde son asesinados los también estudiantes Susana Pintos y Hugo de los Santos, en años posteriores la lista de mártires estudiantiles se agranda con la muerte de Heber Nieto, Julio Spósito, Santiago Rodríguez Muela, Ibero Gutiérrez, Joaquín Kluver y Walter Medina.
La represión se ensaña contra las organizaciones populares y la inminencia del golpe de Estado se hace evidente.
Como consecuencia de la muerte del presidente electo Oscar Gestido en Diciembre del 67, asume su vice presidente el ultra reaccionario Jorge Pacheco Areco y el asenso autoritario se intensifica.
Durante el Gobierno de Pacheco se congelan los salarios, se decretan medidas prontas de seguridad y se prepara el terreno político para la ocupación del poder por parte de los gorilas y fascistas.
El clima de creciente y furiosa represión contra el movimiento popular no obsta para que la CNT realice su segundo congreso (o primer congreso ordinario) en Mayo del 69 con la participación de 603 delegados en representación de aproximadamente 120.000 afiliados a la convención obrera.
Las deliberaciones de este congreso giraron en torno a la necesidad de definir un plan de lucha y al análisis político de la situación del país.
Los sectores afines a la tendencia combativa proponían la huelga general inmediata para enfrentar la impronta autoritaria, represiva y antipopular del gobierno.
Por estos años se desarrollan intensos conflictos entre los que destacan el protagonizado por los trabajadores de la industria frigorífica y el conflicto de los municipales. En ambos casos se llegó a niveles de enfrentamiento directo con las fuerzas represivas.
Mención aparte merece la lucha de los trabajadores rurales en particular las del combativo sindicato de los trabajadores azucareros del departamento de Artigas, la UTAA de Sendic. Las marchas cañeras sobre Montevideo bajo la consigna de “tierra para el que la trabaja”, habían despertado grandes expectativas y un jubiloso y solidario recibimiento por parte de los trabajadores de la ciudad.
El ejemplo de Sendic y los peludos multiplicaba el compromiso militante de bastos sectores sociales y desataba la ira de los latifundistas y oligarcas.
En un acto de bienvenida a los asalariados rurales de Artigas, el referente de la Tendencia Combativa y obrero de FUNSA Washington (Perro) Pérez expresaba, “Los derechos no se mendigan, se exigen, y se conquistan por la razón o por la fuerza, por los caminos pacíficos si se nos comprende, o por los caminos de la insurrección y la violencia, si no se nos quiere comprender” .
La relación entre UTAA y los sectores mayoritarios de la dirección sindical siempre fue una relación tensa y controversial. El nivel de autonomía organizativa de los trabajadores rurales, su renovada forma de encarar la práctica sindical, su manifiesta combatividad y el peso indiscutido del liderazgo de Sendic, generaban recelo en los sectores afines al partido comunista.
En tiempos de agudización de la lucha de clases la gravitación del movimiento sindical se hacia sentir en todos los niveles de la vida nacional.
El proceso de unificación orgánica y programática de una parte de la izquierda se cristalizó con la fundación del Frente Amplio en Febrero de 1971. Este hecho despierta expectativas en el movimiento obrero e instala nuevas y fuertes polémicas entre quienes pretendían colocar al sindicalismo a la saga de la nueva fuerza política y quienes defendían la autonomía de las organizaciones obreras.
El tercer congreso de la CNT (o segundo congreso ordinario) se reúne entre el 23 y el 25 de Junio de 1971 en el local de AEBU con la participación de 681 delegados titulares.
En este congreso y a instancia de los delegados de la Tendencia Combativa se reafirma la decisión de enfrentar al golpe de Estado con la huelga general.
Mientras la influencia política de los militares crecía preocupantemente, el imperialismo yanqui desarrolla su estrategia consistente en sembrar de dictaduras la región para contener el avance popular y profundizar el modelo económico de dependencia y saqueo.
En Noviembre de 1971, en medio de acusaciones de fraude, gana las elecciones el colorado y emisario de los sectores más rancios de la iglesia católica, Juan María Bordaberry.
Durante el primer año de su gobierno la represión consigue asestar duros golpes a la guerrilla, minimizando su peso político y miniaturizando su aparato militar.
Las cárceles y comisarias desbordan de militantes sociales, la tortura se vuelve moneda corriente. La burguesía, obsecuente a los dictados del amo del norte, recurre al auxilio de su brazo armado y las fuerzas castrenses se disponen para asumir el control del Estado.
El 9 de febrero de 1973, la armada ocupa la Ciudad Vieja y emite por los medios masivos de comunicación un mensaje en el cual se levantan algunas reivindicaciones del movimiento popular, reforma agraria, creación de fuentes de trabajo, combate a la corrupción, política exterior independiente entre otras.
Con los plurimentados comunicados 4 y 7 se instala lo que se conoce como golpe de febrero o prologo del golpe definitivo.
El contenido en apariencia reformista de estos comunicados aviva la polémica en el movimiento popular, los sectores adscriptos al partido comunista no disimulan su aprobación mientras que la tendencia combativa se opone firmemente denunciando la maniobra gorila.
Quienes cifraban expectativas en los supuestos progresistas del ejercito asimilaban estas posiciones con las del militar nacionalista peruano Velazco Alvarado.
El órgano oficial del partido comunista, el diario El Popular se refería a la posición de los militares febreristas en los siguientes términos, “...los marxistas leninistas, los comunistas, integrantes de la gran corriente del Frente Amplio, estamos de acuerdo en lo esencial con las medidas expuestas por las FFAA como salida inmediata para la situación que vive la República, y por cierto no incompatibles con la ideología de la clase obrera y sin prejuicio de nuestros ideales finales de una sociedad socialista” .
Por su parte el prestigioso dirigente textil Héctor Rodríguez sostenía “el partido comunista esta entusiasmado con la declaración de los militares, que era una declaración golpista” .
Con un fuerte comunicado titulado “Sólo el pueblo salva al pueblo”, la Resistencia Obrero Estudiantil (ROE) fija su posición, “La clase obrera y el pueblo no pueden alentar ninguna expectativa en que sus intereses vayan a ser defendidos por civiles o militares. Para los trabajadores el dilema es de hierro.
O nos movilizamos por, nuestros presos, por nuestras libertades, por un salario, y mediante la lucha pensamos en el conjunto de la situación o asistimos pasivamente a un arreglo que se hará sobre nuestras cabezas... Los trabajadores no pueden asistir pasivamente a las disputas y negociaciones entre civiles y militares del gobierno, o entre distintas fracciones de la burguesía” .
Como se evidencia en las distintas posiciones, las desavenencias al interior del movimiento obrero se ahondan, las organizaciones guerrilleras son derrotadas militarmente y la horda golpista avanza a paso firme.
Uno de los episodios de mayor tensión a la interna de las organizaciones sindicales se registra en torno al carácter del acto del 1 de Mayo del 73.
Los sectores mayoritarios de la CNT pretendían imprimirle a esta conmemoración un carácter festivo, estaba previsto que el acto comenzara con un desfile de caballería gaucha y posteriormente más de 500 escolares harían lo propio con sus flamantes túnicas y se instaba a los sindicatos a participar con carros alegóricos que representaran los distintos oficios. Las cárceles estaban llenas de luchadores sociales y la tortura era el destino seguro de miles de activistas.
La Tendencia Combativa y otros sectores de la izquierda política enfrentaron esta absurda decisión y convocaron a un 1° de mayo de lucha.
En un volante editado por la Resistencia Obrera Estudiantil (ROE) se expresa con claridad y contundencia “Ya celebraremos un 1 de Mayo de alegría. Será cuando con la lucha de todos derrotemos al enemigo de clase y construyamos el poder popular en nuestra patria libre y socialista”
Las negociaciones entre el poder político y los mandos militares se intensifican y en ellas se planifican detalladamente las alternativas tácticas del golpe.
En la última quincena del mes de junio el parlamento rechaza por un voto el pedido de desafuero del Senador frenteamplista Enrique Erro acusado de ser la cobertura legal del movimiento Tupamaro. Pretextando que este hecho constituye una gravísima afrenta a la constitución, el presidente Bordaberry convoca a la residencia presidencial a los comandantes de las tres armas para urdir el definitivo asalto al parlamento.
En la medianoche del Martes 26 de junio seccionará por última vez la cámara de Senadores, al tiempo que en los mármoles del Palacio Legislativo retumbaban estridentes discursos y arengas democráticas, en la soledad de su despacho rodeado de algunos colaboradores Bordaberry ajustaba la redacción final del decreto de disolución de las cámaras y el movimiento popular se aprestaba a cumplir la resolución tomada nueve años atrás, ante el golpe de Estado, huelga general.
El Miércoles 27 de junio, con la noticia del golpe, la ciudad amaneció militarizada, tanquetas y jeep con soldados armados a guerra recorrían las principales calles y avenidas.
Los medios de comunicación reproducían insistentemente el decreto de 4 artículos promulgado por el ahora dictador Juan María Bordaberry; “Art. 1. Declárense disueltas la Cámara de Senadores y la Cámara de Representantes. Art 2. Créase un Consejo de Estado integrado por los miembros que oportunamente se designaran, con las siguientes atribuciones: a) Desempeñar independientemente las funciones de la Asamblea General, b) Controlar la gestión del Poder Ejecutivo relacionada con el respeto de los derechos individuales de la persona humana y con la sumisión de dicho poder a las normas constitucionales y legales, c) Elaborar un anteproyecto de Reforma Constitucional que reafirme los fundamentales principios democráticos y representativos, a ser oportunamente plebiscitado por el Cuerpo Electoral. Art 3. Prohíbese la divulgación por la prensa oral, escrita o televisiva de todo tipo de información, comentario o grabación que, directa o indirectamente, mencione o se refiera a lo dispuesto por el presente decreto o atribuyendo propósitos dictatoriales al Poder Ejecutivo o puede perturbar la tranquilidad o el orden publico. Art 4. Facúltese a las Fuerzas Armadas y Policiales a adoptar las medidas necesarias para asegurar la prestación ininterrumpida de los servicios públicos esenciales”
Entre las últimas horas del Martes 26 y primeras horas del Miércoles 27 la dirección de la CNT se reúne en el local de la Federación del Vidrio ubicado en Laureles y Carlos Tellier en el barrio obrero de La Teja. En esta reunión, se analiza la situación política, se toman algunas medidas de seguridad tales como el cambio de domicilio de algunos dirigentes y se redacta el documento titulado “Llamamiento de la CNT a la clase obrera y el pueblo uruguayo”, en el que se puede leer; “Nada menos que Bordaberry, expresión de los intereses del gran latifundio, enemigo de los trabajadores y el pueblo, encabeza un golpe contra un Parlamento que ha enfrentado sus últimos desbordes, que ha sido caja de resonancia de los intereses populares y de denuncia a la corrupción y los negociados de la rosca”. Obsérvese el apego institucional y la alta valoración que los sectores mayoritarios de la dirección sindical tenían de la acción parlamentaria.
En otro pasaje del citado texto se enfatiza; “Los trabajadores y el pueblo enfrentaron y enfrentaran esta política. Están en combate por la recuperación del poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones, por subsidios a los artículos de consumo popular con recursos extraídos del privilegio, por las soluciones de fondo que el país reclama desde hace tiempo, y que en muchos aspectos fueron enunciados por las propias Fuerzas Armadas en sus comunicados 4 y 7...” (el subrayado es nuestro) .
Al término del documento se realiza el llamamiento; “Ocupación de fábricas, estado de alerta y asamblea, plena actividad y normal funcionamiento de los locales sindicales”.
Como puede constatarse, en ningún pasaje del texto se nombra explícitamente a la huelga general ni se habla de la duración de las medidas. Este hecho ofrece sustento a algunas opiniones de militantes de la Tendencia Combativa cuando afirman que la huelga general nunca fue oficialmente decretada y si fue asumida en todos sus términos y consecuencias por los trabajadores de base de todos los sindicatos.
En efecto, los trabajadores tenían fuertemente introyectada en su conciencia la resolución de enfrentar con la huelga el quiebre institucional y sin esperar directivas centrales se dispusieron a ocupar sus lugares de trabajo.
Miles de trabajadores ocuparon las fábricas y los principales establecimientos industriales del interior del país, el movimiento estudiantil hizo lo propio con las universidades y los barrios de la ciudad ofrecieron sostén logístico a los huelguistas.
En una segunda reunión del la dirección de la CNT en el local de la textil La Aurora en la zona de Capurro, en la mañana del día 27 se acuerda nombrar un comando de huelga integrado por José Delia, Gerardo Cuesta, Felix Díaz, Vladimir Turiansky e Ignacio Huget, nombrándose también una dirección de relevo previendo la eventual detención de estos dirigentes.
En la reunión de La Aurora se decide invitar a reintegrarse a la conducción cotidiana del movimiento obrero al sindicato de FUNSA que se mantenía distanciado por discrepancias políticas y metodológicas. Los trabajadores de la combativa FUNSA deciden ante los desafíos de la hora, pasar a segundo plano las diferencias y ocupar su lugar en la CNT, le corresponde asumir esta responsabilidad al recordado “loco” Duarte.
En los primeros dos días, la huelga se extiende, son ocupados más de 700 centros de trabajo, sólo en la rama del metal se ocupan 220 empresas.
En un boletín fechado el Jueves 28 de Junio la CNT reconoce formalmente la huelga general; “La huelga general y las ocupaciones han tomado un volumen contundente. Miles de lugares de trabajo ocupados, personas que nunca han ocupado sus lugares de trabajo, personas que no estaban organizadas, están en la huelga general y en lucha. Viva la huelga y las ocupaciones junto a la CNT. Solidaridad, Venceremos”.
Las ocupaciones levadas adelante por los trabajadores y los estudiantes reciben el apoyo del Consejo Directivo Central de la Universidad de la República y de cientos de intelectuales y trabajadores de la cultura.
Durante las primeras 48 horas de la huelga el equipo coordinador de la CNT se reúne en dos oportunidades con el Ministro del Interior Bolentini.
El vocero del gobierno ofrecía aumentos de salario, liberación de los presos detenidos con posterioridad al 27 de Junio y mesas de negociación a cambio de que los trabajadores levantaran las medidas. El secretariado ejecutivo de la convención obrera contesta por escrito al Ministro de la dictadura, en el escrito que consta de 5 puntos se establecía lo siguiente; “...a nuestro juicio, se impone una definición concreta en lo inmediato en los siguientes puntos: 1) Reiteración de la vigencia plena de las garantías para la actividad sindical y política y para la libertad de expresión; 2) Restablecimiento de todas las garantías y derechos constitucionales; 3) Medidas inmediatas de saneamiento económico, cuyas prioridades hemos expuesto en el documento que en el mes de abril y a su pedido enviáramos a la Junta de Comandantes en Jefe, especialmente: nacionalización de la Banca, el comercio exterior y la industria frigorífica; 4) Recuperación del poder adquisitivo de los salarios, sueldos y pasividades contención de precios subsidiando a los artículos de consumo popular; 5) Erradicación de las bandas fascistas que actúan impunemente en la enseñanza y coordinación con docentes, padres y alumnos de los cambios para la reanudación normal de los cursos” . Firma este comunicado José D elia en su condición de presidente de la CNT.
El control del transporte constituía un elemento estratégico para asegurar el éxito de la huelga. Se discutieron algunas medidas de sabotaje para evitar que las patronales sacaran las unidades a la calle, en algunos casos se considero el retiro de algunas piezas que inutilizaran los motores e incluso guardar los coches en las fabricas ocupadas, la actitud timorata de la dirección de la Federación Obrera del Transporte (FOT) impidió que estas medidas prosperaran.
El Jueves 28, los propietarios consiguen sacar algunos coches de los talleres de CUTCSA, en los barrios vecinos y estudiantes se organizan para detener los ómnibus con piedras y grampas miguelitos.
Los trabajadores del transporte lograron mantener con muchas dificultades la huelga durante los primeros 5 días, en adelante los ómnibuses circularon custodiados por vehículos militares y en ocasiones fueron manejados por choferes del ejercito. Los actos de sabotaje y escarmiento a los carneros no cesaron y en la Terminal de Kibon en el barrio de Pocitos un ómnibus arde en llamas luego de ser alcanzado por una bomba molotov.
El Sábado 30 de Junio y luego de los fracasados intentos de negociación el gobierno emite el decreto N° 1.103 en el que se ilegaliza la CNT, se ordena la captura de sus dirigentes y se procede a la incautación y el saqueo de todos los bienes de las organizaciones sindicales.
Simultáneamente comienzan los operativos de desalojo, decenas de fabricas son desalojadas y vueltas a ocupar por sus trabajadores en algunos casos hasta una decena de veces, los vecinos del Cerro levantan barricadas para impedir el arribo de las fuerzas represivas, para desalojar la emblemática FUNSA se utilizan cinco camiones de llenos de soldados, dos tanques militares y hasta un helicóptero.
El régimen difunde por todos los medios de prensa sendos comunicados llamando a “volver al trabajo” y anuncia la realización de plebiscitos entre los trabajadores para resolver el reintegro a las tareas y la normalización de la situación.
Los desalojos instauran una nueva y ardua polémica en el interior del movimiento sindical. El Secretariado Ejecutivo de la CNT emite un instructivo ante los desalojos en el que instruye a los trabajadores a dirigirse a sus respectivos sindicatos y esperar la ocasión propicia para una nueva ocupación.
Los sectores afines a la Tendencia Combativa disentían con esta orientación a la que consideraban un gravísimo error táctico que le facilitaba el trabajo a los cuerpos represivos. La línea de acción impulsada por estos sectores consistía en concetrarse después del desalojo en otra fabrica ocupada y de este modo mantener la solidaridad activa y generar las condiciones para reocupar, la consigna que contraponían a la oficial era “ni resistir ni abrirles la puerta”.
La ofensiva del régimen arrecia con más fuerza, son militarizadas varias ramas de actividad, ANCAP, Bancarios, Funcionarios del Estado etc.
Muchos trabajadores son conducidos a sus puestos a punta de fusil y los que se negaban eran directamente detenidos.
El Martes 3 de Julio los trabajadores ocupantes de la refinería de ANCAP en La Teja apagan la llama de la chimenea mayor, esta acción se convirtió en un fuerte símbolo de la resistencia. Por su parte los trabajadores de UTE desarrollan valientes actos de sabotaje dejando sin energía a varias unidades productivas que no estaban bajo control obrero.
El gobierno ordena la captura de 52 dirigentes sindicales y difunde sus fotografías por los medios periodísticos, muchos de estos dirigentes son detenidos y torturados otros pasan a la clandestinidad. En otro decreto, el poder de facto anuncia el despido sin derecho a indemnización de todos los trabajadores que participan de la huelga.
El mayor estadio cerrado del país, el Cilindro Municipal, se transforma en improvisada cárcel y cientos de obreros son allí recluidos.
En la tarde del 6 de Julio mientras participaba en una acción directa para garantizar el paro del transporte es asesinado por la espalda el joven de 28 años, estudiante de Veterinaria, Ramón Peré.
Dos días más tarde cae abatido por la policía Walter Medina de 16 años quien fuera ultimado mientras pintaba en un muro del barrio Piedras Blancas la consigna “Consulta Popular”.
La huelga se debilita objetivamente y en ese marco, comienzan a gestarse coordinaciones tendientes a organizar una respuesta masiva, unificada y callejera para enfrentar la situación.
Se acuerda convocar a una manifestación el día Lunes 9 de Julio a las cinco de la tarde en el centro de la ciudad.
Sorteando la rígida censura la propaganda circula de boca en boca, “a las cinco en 18” se escucha en todas las fábricas y centros de estudio.
Desde los micrófonos de Radio Sarandi, el periodista Ruben Castillo repite insistentemente los versos de García Lorca en su celebre poema “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejía”, “a las cinco de la tarde/ eran las cinco en punto de la tarde”.
Superando las expectativas de los más optimistas, a las cinco en punto de la tarde, al grito de “Tiranos temblad”, un verdadero mar humano tapiza la principal avenida.
La multitudinaria concentración fue brutalmente reprimida, los manifestantes se replegaban por las calles laterales para luego volver una y otra vez a enfrentar desarmados a los esbirros de la represión.
Decenas de personas resultaron heridas y pocas horas después de disuelta por la fuerza la concentración, son detenidos, entre otros cientos, los generales y dirigentes frenteamplistas Liber Sergni y Víctor Licandro.
El Martes 10 de Julio, decimocuarto día de huelga, el movimiento obrero realiza el balance de la movilización de la víspera y trasciende que los sectores mayoritarios en la conducción de la CNT, evalúan el levantamiento de huelga general y la continuación de la lucha por otros medios.
Próximo a las 15 horas del Miércoles 11 de julio y en medio de estrictas medidas de seguridad se reúne en las instalaciones del Sanatorio IMPASA la Mesa Representativa del la CNT.
En esta instancia se resuelve por amplia mayoría el levantamiento de la huelga general,
22 sindicatos votan a favor, 2 los hacen en contra, (FUNSA y FOEB) y 4 sindicatos se abstienen, (COT, FUS, FFOSE y los trabajadores de Conaprole).
La Federación de Estudiantes Universitarios (FEUU) acata la resolución de la convención obrera y levanta las ocupaciones de los centros de estudio.
La dirección de la CNT justifica las razones del levantamiento de la huelga en un comunicado titulado “los trabajadores uruguayos han escrito una pagina maravillosa de su historia”.
En el texto se afirma lo siguiente: “...En esta huelga, la clase obrera derrochó combatividad, espíritu de sacrificio, una disciplina ejemplar, una severa dignidad frente a la clase de atropellos y vejámenes, forjo una unidad más sólida y amplia que nunca por encima de las diferencias ideológicas...”, “Esta lucha ha despertado justa admiración, entusiasmo y apoyo caluroso en otras capas de la población oriental...”.
El comunicado de la mayoría sindical explica los motivos de la resolución y convoca a continuar la lucha por otros medios, “El principio teórico fundamental de una lucha prolongada es desgastar y debilitar continuamente las fuerzas del enemigo y fortalecer las propias. Es ese principio el que sentó las bases de la victoria del pequeño Vietnam sobre el poderoso imperio norteamericano, para no citar más que un ejemplo reciente y glorioso de la historia de las luchas populares del mundo entero. Es este principio el que debe guiar nuestras acciones en este momento dramático...Estas consideraciones son las que han llevado a la Mesa Representativa de la CNT a decidir la terminación de esta etapa de lucha, levantando la huelga general” (el texto completo de este documento se incluye en los anexos de esta publicación).
La Tendencia Combativa quiebra el consenso y responde con un análisis propio y divergente en lo que se conoce como el documento de las 3 F, en alusión a los tres gremios que lo suscribieron, FUNSA, FOEB y FUS.
El documento de los gremios en minoría realiza una valoración critica del papel de la conducción de la huelga, “...la Mesa Representativa levanta la huelga sin condiciones, Quedan como consecuencia los despidos, los presos, los requeridos, los sumariados, los perseguidos”. Más adelante el documento señala: “Esta huelga general es la acción política más importante desarrollada en el Uruguay por el conjunto del proletariado. De los sectores asalariados, del estudiantado y de vastos sectores sociales”.
En otro pasaje, tan lucido como contundente, los gremios de Tendencia afirman “ningún gremio fue derrotado, fue derrotado un estilo, un método, una concepción de trabajo sindical”, (texto completo en el anexo).
Por su parte los sectores políticos de mayor ascendencia en el movimiento sindical, particularmente el Partido Comunista, difunden valoraciones autosatifactorias de su papel en la huelga y defienden la tesis según la cual la dictadura uruguaya había sido herida de muerte.
Resulta un verdadero desafío a la lógica sostener que un régimen herido de muerte pueda sobrevivir 12 años.
La huelga general había concluido. El Jueves 12 de Julio, con dignidad pero sin ocultar la frustración miles de trabajadores se reintegran a sus puestos de trabajo. Otros miles pasaran por la tortura en la ignominiosas cárceles de la dictadura, el exilio produce un verdadero éxodo de activistas y los militantes que quedan en el país prosiguen su resistencia desde la clandestinidad.
La huelga general constituye, sin dudas de ninguna naturaleza, el episodio más importante en la historia de la lucha de clases en el Uruguay y la región.
Toda la potencialidad de la clase obrera, así como también sus límites se pusieron de manifiesto durante los quince días de la histórica huelga.
El ejemplo de los trabajadores de este pequeño y olvidado rincón del mundo trascendió las fronteras, y su decidido accionar fue objeto de admiración y reverencia para los pobres del planeta.
El impacto de esta experiencia y sus lecciones son objeto de polémica aún hoy en el movimiento sindical. Muchas son las preguntas que siguen sobrevolando en la cabeza y el corazón de los protagonistas y las nuevas generaciones de luchadores sociales, ¿Quién dirigió la huelga?, ¿Había condiciones para convertirla en huelga insurreccional?, ¿Qué pasó con el aparato armado del partido comunista?, ¿Por qué la Tendencia no logró mayor peso en el curso de la huelga?, entre otras.
El movimiento popular y la izquierda política del país se deben un balance exhaustivo de esta heroica y monumental confrontación de clases.
En nuestra opinión, la huelga general no es un hecho del pasado sino una herramienta del presente para construir el futuro. Albergamos la convicción de que los proletarios tendrán que recurrir en más de una ocasión a esta herramienta de lucha para dirimir sus conflictos con la burguesía.
Los años posteriores estarán definidos por una brutal arremetida represiva contra la clase obrera y sus organizaciones y por la implantación a sangre y fuego de un modelo económico que aumento la dependencia, concentró aún más la riqueza y multiplicó la miseria y la exclusión social.
En medio de durísimas condiciones el movimiento popular encuentra múltiples formas de resistencia. En Diciembre de 1974 el comando clandestino de la CNT discute la posibilidad de convocar a un paro general de 24 horas, finalmente al no encontrar consenso entre las distintas corrientes sindicales se desestima la medida.
Desafiando y en ocasiones hasta burlando la represión, los trabajadores se reunían en casas de familia, clubes deportivos e incluso en parroquias para conspirar contra el régimen y mantener viva la llama de la lucha.
En el exterior los dirigentes de la CNT en el exilio construyen redes de solidaridad, organizan campañas por la libertad de los presos y promueven un sin número de actividades en las que se denuncia a la dictadura militar.
La propia cárcel fue ámbito de lucha y resistencia, los compañeros y las compañeras sobreponiéndose con entereza y dignidad a los vejámenes de la tortura lograron vencer y desmoralizar a los verdugos.
En el quinquenio 1975-1980 las debilitadas organizaciones obreras que sobrevivían apelaban al ingenio y la imaginación para conmemorar el 1 de Mayo y para homenajear a los mártires de la clase. En los peores años se organizaban asados, campeonatos de fútbol y kermesses como pretexto para juntar a los trabajadores en las fechas de mayor significación.
En 1980 la dictadura resuelve cambiar el feriado del 1 de Mayo para el Lunes 5, las organizaciones populares rechazan el decreto y imprimen de forma artesanal miles de volantes llamando a no trabajar en el día de los mártires de Chicago.
Para sorpresa de los terroristas de Estado, el 1 de Mayo se verifica un enorme ausentismo laboral que paralizó de hecho algunas ramas de la producción. Las principales obras de la construcción, tanto en Montevideo como en Maldonado, no contaron ese día con personal suficiente y debieron suspender la jornada de trabajo.
La dictadura ensaya nuevos caminos para legitimarse frente al pueblo.
En Noviembre del 80 se somete a plebiscito un proyecto de reforma constitucional con el propósito de perpetuar en el poder a las fuerzas castrenses.
Todo el aparato del Estado y los medios de comunicación se ponen al servicio de la propaganda a favor del Si a la reforma promovida por la dictadura.
El pueblo uruguayo, confirmando su arraigado sentido de la libertad, le ofrece un rotundo NO a las pretensiones de los golpistas. El triunfo popular en el plebiscito golpea duramente a la dictadura y retonifica el espíritu de lucha del movimiento popular.
A la debilidad objetiva del régimen se suma la redefinicion de la estrategia de dominación por parte del imperialismo yankee, las dictaduras que había promovido y financiado ya cumplieron su papel y en adelante se necesitaba de una transición negociada y tutelada que asegurara la continuidad de su esquema de sometimiento.
Al comienzo del 81 la dictadura promulga la Ley de Asociaciones profesionales y Afines mediante la cual se permitía la conformación de asociaciones de trabajadores.
El movimiento obrero aprovecha los limitados resquicios de la legalidad, y de la mano de una nueva generación de activistas surgidos al calor de la resistencia el sindicalismo toma un renovado impulso.
En el prólogo de la transición se producen en el año 1982 las elecciones internas de los partidos políticos. Las organizaciones políticas de la izquierda son proscritas y el proceso electoral se desarrolla con una fuerte regimentación.
La izquierda política se divide entre quienes llamaron a votar en blanco (posición oficial de Frente Amplio) y quienes acompañaron a los sectores más “avanzados” del Partido Nacional (posición promovida por un sector del Partido Comunista).
La participación popular seguía en asenso y los trabajadores comienzan a coordinar más estrechamente entre distintos gremios, Caucho, Bebida, Salud, Metalúrgicos, Gráficos, Construcción , Tabacaleros, Bancarios y otros.
Surge de este modo el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT).
En la Mesa Representativa del PIT participaban sin exclusiones todos los gremios y su funcionamiento se basaba en los plenarios que en eran verdaderas asambleas democráticas y obreras.
El 1 de Mayo de 1983 el PIT convoca a un acto de masas en conmemoración del día internacional de los trabajadores.
La plataforma incluía cuatro puntos, Libertad, Trabajo, Salario y Amnistía.
El estrado se ubica sobre la calle General Flores de espaldas al Palacio Legislativo y desde allí se turnaron en el uso de la palabra representantes de los trabajadores del Caucho, Metalúrgicos, Salud, Bancarios y la Bebida además de un invitado del sindicalismo argentino.
Más de 30.000 personas asistieron al acto y los principales medios de comunicación se vieron obligados a titular con la impresionante concentración obrera.
El acto constituyó uno de los puntos más altos de la heroica resistencia de los trabajadores a la dictadura y revalorizó las fuerzas del movimiento popular.
En Setiembre de este año se desarrolla un nuevo hito en la lucha contra el autoritarismo, se trata de la Semana de la Juventud organizada por la Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Publica (ASCEEP). Con la activa participación de cientos de intelectuales y artistas el movimiento estudiantil promovió una serie de actividades que incluyeron debates, recitales y un acto en el Franzini donde se dio lectura al “Manifiesto por una Enseñanza Democrática”.
El campo de sustentación de la resistencia se ampliaba y las organizaciones sociales adquirían un importante grado de gravitación en la escena nacional.
La dictadura responde con más represión y las cárceles reciben a decenas de militantes en su inmensa mayoría jóvenes.
Las coordinaciones entre los sectores políticos y el movimiento social se suceden con gran ritmo y en ellas se acuerda la convocatoria a un gran acto el 27 de Noviembre en el Obelisco de Montevideo bajo la consigna “Por un Uruguay Democrático y sin Exclusiones”.
Cerca de 400.000 personas se dan cita en el Obelisco para escuchar emocionados la proclama leída por el primer actor de la Comedia Nacional Alberto Candeau.
El grito de “se va a acabar la dictadura militar” retumba en los palacios de los gorilas golpistas.
Como corolario de este proceso de auge de las luchas populares y de creciente participación de los más vastos sectores de la sociedad, se produce el 18 de Enero de 1984 el primer paro general de 24 horas luego de 11 años de dictadura y salvaje represión.
Los hechos posteriores forman parte de la historia reciente y por tanto más ampliamente conocida. Diremos simplemente, y a cuenta de un ulterior tratamiento más detallado en la segunda parte de este trabajo, que el año 84 fue el año de las componendas cupulares y la transición negociada para asegurar la continuidad del modelo económico en los estrechos marcos de la democracia formal y tutelada.
Bibliografía
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Zubillaga, C. “Trabajadores y Sindicatos en América Latina”. CLACSO. Montevideo. 1989.
ANEXO 1
DOCUMENTOS
*Convocatoria al primer acto del 1 de mayo en Montevideo (1890)
*Fragmentos del llamamiento de los trabajadores norteamericanos a la huelga por la jornada laboral de 8 horas (1886)
*Documento del las tres F (Funsa, Fus, Foeb, 1973)
TEXTO DE LA CONVOCATORIA A LA PRIMER CONMEMORACIÓN DEL 1 DE MAYO EN MONTEVIDEO EN EL AÑO 1890
HOY 1 DE MAYO DE 1890
SE INVITA A TODOS LOS OBREROS DE MONTEVIDEO
A ASOCIARSE A LA HUELGA UNIVERSAL
SE OS INVITA PARA LA PROTESTA CONTRA LA EXPLOTACION
“DEL HOMBRE POR EL HOMBRE”
EL DIA 1 DE MAYO A LAS 2 DE LA TARDE
PUNTO DE REUNION: CERVECERIA DE GIAMBRINUS,
FRENTE AL CEMENTERIO INGLES, CALLE 18 DE JULIO ESQUINA OLIMAR.
LA COMISION ORGANIZADORA.
FRAGMENTO DE LA CONVOCATORIA DE LOS OBREROS DE CHICAGO A LA HUELGA DEL 1 DE MAYO DE 1886
En los meses previos al 1 de Mayo de 1886 el movimiento obrero norteamericano hizo circular entre los trabajadores un llamado a realizar actos y movilizaciones en todo el país.
Reproducimos algunos fragmentos de ese llamamiento que además de indudable valor histórico tiene en nuestros días una incuestionable actualidad.
El documento de los trabajadores norteamericanos que convocaba al 1 de Mayo, sostenía:
...”Un día de rebelión, no de descanso!. Un día no ordenado por los voceros jactanciosos de las instituciones que tienen encadenado al mundo del trabajador.
¡Un día en que el trabajador hace sus propias leyes y tiene el poder de ejecutarlas!. Todos sin el consentimiento ni la aprobación de los que oprimen y gobiernan.
Un día en que con tremenda fuerza la unidad del ejercito de los trabajadores se moviliza contra los que hoy dominan el destino de los pueblos de toda la nación.
Un día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra de todo tipo.
Un día en que comenzar a disfrutar ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas para lo que nos dé la gana.”.
DOCUMENTO DE LAS TRES F (funsa, fus, foeb)
INTRODUCCION
El movimiento sindical uruguayo analizo, discutió y determino criterios de lucha contra un golpe de estado, desde mucho tiempo atrás. En Junio de 1968 la Mesa Representativa de la CNT resuelve por unanimidad “la ocupación de todos los lugares de trabajo y Huelga General, en caso de golpe de estado o situación equivalente”.
El primer Congreso, luego el segundo Congreso y las Asambleas de 1972 reafirmaron esta resolución. La misma se constituyo en un punto de clara coincidencia unánime.
En todo este periodo, diferentes sindicatos y dirigentes de todos los niveles señalaron:
*La necesidad de un Plan de Lucha que intensificara y unificara las distintas posiciones sindicales de enfrentamiento a la ofensiva oligárquica expresada en el Pachequismo.
Solo la lucha intransigente de las organizaciones sindicales estaba en condiciones de elevar los niveles de conciencia y organización de los gremios como forma de habilitar el cumplimiento efectivo de la resolución de la CNT.
*La necesidad de adecuar la estructura, formas de funcionamiento practico de dirección de los sindicatos a las nuevas situaciones impuestas por el pachecato (desarrollar sólidos Comités de Base por sección o lugar de trabajo); establecer y desarrollar niveles intermedios de dirección, estrechar los vínculos de la dirección con la base, promover militantes en todos los niveles, profundizar la unidad sindical respetando la expresión, a todo nivel, de las diferentes orientaciones y tendencias.
*La necesidad de enfrentar denodadamente al régimen para quebrar la política económica y social de Pacheco; impedir su consolidación, su control absolutista y represivo del aparato del Estado. En los hechos se desaprovecharon las coyunturas en que el proceso de acumulación de fuerzas y las contradicciones en el campo de la oligarquía hacían posible quebrar la política económica de Pacheco; Se siguió una practica de lucha dispersa (sin planificación) de respuesta a los golpes de la oligarquía, se debilito al movimiento popular y se habilito el fortalecimiento de la oligarquía al no alcanzar la clase obrera los objetivos impuestos por – y posibles en- diversas coyunturas del pachecato: agosto de 1968 y junio de 1969.
*La necesidad de que la dirección de la CNT estudiara y planificara en todo el movimiento sindical medidas que correspondieran para asegurar la puesta en practica, eficaz, de la resolución contra el golpe.
EL GOLPE DEL 27 DE JUNIO
Todos los técnicos coinciden que a partir de 1955-57, se concreta una crisis economica-estructural que se va agravando progresivamente. Los dos grandes partidos tradicionales que compartían el poder con base de sustentación ploiclasista y un amplio espectro de tendencias en su seno – que iban desde formulaciones de tipo populistas hasta expresiones de extrema derecha-, sin perjuicio de contemplar los intereses de la oligarquía. El avance de la crisis economico-estructural, la disminución de la riqueza a distribuir, genero tensiones sociales crecientes. Desde 1960 se intenta aplicar las recetas del FMI (congelación de salarios), como forma de mantener la cuota el latifundio, de los grandes industriales, banqueros y exportadores a costa del sacrificio de los trabajadores asalariados y los pequeños productores de la ciudad y el campo.
Los trabajadores perdieron parte de sus salarios. En el marco de las luchas emprendidas como respuesta de las organizaciones sindicales a la crisis se producen cinco hechos de importancia fundamental en el proceso de la lucha de clases:
a)- La extensión, con una amplitud sin precedentes en la vida del país, de la sindicalización. El sindicalismo dejo de ser un fenómeno exclusivamente obrero para ser un fenómeno de todos los asalariados.
b)- La elevación del nivel político de las movilizaciones sindicales expresado en los planteos de tipo programaticos.
c)- El endurecimiento y la radicalizacion progresiva de los métodos de lucha.
d)- La creación de la CNT como expresión multitudinaria de la unidad sindical y el avance programatico del pueblo trabajador.
e)- Los trabajadores perdimos parte de nuestro salario.
En 1964-1966 se concreto la unidad sindical: Declaración de principios, programa y estatutos aceptados por el conjunto de los sindicatos al forjar la CNT (se dispuso de la herramienta adecuada para desarrollar unitariamente la lucha).
Al nuevo nivel alcanzado por la resistencia de los trabajadores, contesto la oligarquía con la “Reforma Naranja” y la dictadura constitucional de Pacheco. El “pachecato” constituye el proceso por el cual la oligarquía asalta el Poder Ejecutivo y concentra en sus manos todos los instrumentos que definen la política económica del país. Es así que, con el aval parlamentario expresado, finalmente, a través del pacto “chico”, la oligarquía desde el Poder Ejecutivo unifica a las FFAA para servir a su política represiva.
Contra este proceso luchan los sindicatos y el pueblo desde 1968 al presente.
En un equilibrio inestable entre las posibilidades de la oligarquía y el potencial de lucha del movimiento sindical y popular, se suceden los hechos y los enfrentamientos y la oligarquía va dirimiendo sus contradicciones.
Las “crisis políticas” son representativas de tales contradicciones, de la imposición del poder real de la oligarquía sobre el poder formal de los partidos expresado en el Parlamento.
Por otra parte, las FFAA son incorporadas progresivamente al sostén de dicha política, salidas de los cuarteles en 1972 (lucha contra la sedición), comienzan a recorrer un camino con ciertas características autónomas enmarcadas en el aparato del estado del cual son parte.
Febrero de 1973 constituye una señal del proceso que recorren las FFAA. Los comunicados 4 y 7 podrán ser, en mayor o menor grado, expresión de aspiraciones reales existentes en el seno de las FFAA en su momento, o meros instrumentos de propaganda demagógica. Lo indiscutible, a la luz de los acontecimientos, es que se constituyo en u error la pasividad expectante con que el movimiento popular encaro su accionar de febrero en adelante. Fue pues un error la movilización sin decisión de alcanzar objetivos propios inmediatos que eran de vital importancia para los trabajadores y –en algunos casos- coincidían con puntos de los comunicados 4 y 7 fuese cual fuese la interpretación que a estos se les diera.
Las mejoras salariales fueron aplazadas hasta julio a pesar del proceso inflacionario desatado, las enormes manifestaciones del 29 de Marzo y el 1 de Junio, indicativas del estado de animo combativo de las masas; la acción solidaria por el respeto de los derechos sindicales, y la defensa de las fuentes de trabajo no se desarrollo de manera coordinada con la amplitud requerida (conflicto en Juan Lacaze, bancos intervenidos, Frigonal, integración de los directorios de los entes autónomos).
No se desarrollo la campaña por la nacionalización de la banca, el comercio exterior y la industria frigorífica, a pesar de los elementos que proporcionaban la especulación con la lana, la prisión de los directivos del Banco Mercantil, la presencia de Gari en Lanasur. No se desplegó el máximo de solidaridad para responder e los ataques contra los sindicatos registrados en HISISSA, etc.
Como culminación de esta ciudad expectante se llega, incluso, a plantear la celebración del 1 de Mayo como una fiesta, en actitud completamente inadecuada en relación a la dureza con que se resolvía la lucha de clases.
Finalmente, con el golpe del 27 de Junio, las Fuerzas Armadas se han ubicado de forma inequívoca como el brazo armado de los intereses de la oligarquía y el imperialismo.
LA HUELGA Y SU DESARROLLO
En la madrugada misma del golpe, cumpliendo la resolución de los Congresos, sin detenerse a esperar una orden central, ni ante vacilaciones que pudieran producirse a algún nivel, importantes centros de trabajo (especialmente fabricas) fueron ocupadas.
Al mediodía la ocupación era prácticamente total (alcanzando lugares con escasos antecedentes de movilización sindical). Del 27 de Junio al 4 de Julio la huelga fue casi total. Destacamos de ese periodo:
a)- La generación de energía eléctrica se mantenía bajo control obrero, y el abastecimiento de combustible dependía por entero de las resoluciones gremiales.
b)- Los días 30 de Junio, 1, 2, 3 de Julio se desarrollo una ofensiva de operativos desalojo. En la mayoría de los casos sé reocupo (en algunos casos hasta 7 veces), excepto LANASUR que quedo unilateralmente ocupada por las FFAA y que no pudo ser ocupada por los trabajadores. En Alpargatas, Bao, etc.
El trato represivo alcanza una violencia extrema, sin lograr el ablande de los trabajadores y militantes que reocuparon sus fabricas.
c)- El Jueves 28 y el Viernes 29 de Junio, el ejercito retira combustible de ANCAP. El Sábado 30 la ocupa militarmente, copando el combustible almacenado.
d)- Se registran dificultades graves en el Coordinador de los gremios de la Pesca.
e)- El sábado 30 comienzan a observarse dificultades en el transporte.
En los días 4 al 8 de Julio, se desmorona la huelga en el transporte y se levanta en municipales, estibadores, SUANP, ferroviarios, así mismo en COFE en el cual nunca, orgánicamente se decreto la huelga. También se producen levantamientos en los sectores que por si la habían decretado. Desconocemos por responsabilidad de quien, o en acuerdo con quien, se produjeron estos levantamientos. Los entierros de los estudiantes caídos y la gran concentración popular del Lunes 9 de Julio mostraron un alto nivel de presencia y combatividad.
Finalmente el Miércoles 11, la Mesa Representativa levanta la huelga sin condiciones. Quedan como consecuencia los despidos, los presos, los requeridos, los sumariados, los perseguidos.
El nivel de lucha de los lugares ocupados en ese momento señalaban, elocuentemente, la firmeza y el papel de vanguardia de la clase obrera en la batalla librada. Batalla librada con el calor del pueblo, con el apoyo de barrio.
ENSEÑANZAS DE LA HUELGA
Esta huelga general es la acción política mas importante desarrollada en el Uruguay por el conjunto del proletariado. De los sectores asalariados, del estudiantado y de vastos sectores sociales.
Constituyen grandes aportes políticos de esta huelga:
a)- La participación de grandes masas actuando de conjunto como forma de protesta política contra la dictadura, hecha en forma de huelga y ocupación de lugares de trabajo.
b)- El papel protagonico de la clase obrera, que dio un salto cualitativo en la conducción política del movimiento popular.
c)- L toma de conciencia de su fuerza, por parte de movimiento popular, y la necesidad de crear las condiciones políticas, organizativas y técnicas para la lucha por el poder popular, sin el cual ningún programa del pueblo se hará realidad.
d)- La generalización del conjunto del movimiento sindical, de las diferentes manifestaciones callejeras, practicadas en condiciones sumamente difíciles.
e)- La constatación de la importancia que tienen los planes de lucha, (criterios y objetivos, planificación, organización y previsión), para el desarrollo de la lucha. Su ausencia impide desplegar todo el potencial de lucha disponible.
f)- La constatación de la importancia de los Comités de Base, el desarrollo de la militancia por secciones, empresa y niveles intermedios, como sostén y ejercicio de la dirección en cualquier circunstancia.
g)- La constatación de las necesidades de una estructura zonal y regional construida a partir de los lugares de trabajo, cimentando a partir de estos una sólida dirección intermedia (regional y zonal) del conjunto del movimiento sindical en Montevideo.
h)- Es en la practica de un sindicalismo conciliador, en el ablandamiento sistemático de los métodos, en la condena constante, por parte de sectores del movimiento sindical, de toda expresión de radicalizacion en los métodos de lucha, todo ello unido a la falta de planes de lucha apropiados, en las carencias de una estructura sindical adecuada, así mismo como la carencia de suficientes cuadros intermedios arraigados en la base, en la practica un sindicalismo reivindicativo – desvinculado de los aspectos programaticos- es donde debe buscarse la explicación de las graves carencias que varios gremios evidenciaron a tal grado que la huelga no pudo mantenerse e incluso en algún caso, decretarse en forma efectiva.
Ningún gremio fue derrotado, fue derrotado un estilo, un método, una concepción de trabajo sindical.
En resumen: la fuerza de la huelga general contra la dictadura (experiencia históricamente inédita) golpea a esta en cierto grado. No logro voltearla pero consiguió agrupar contra la dictadura un anchisimo frente de fuerzas desigualmente estructuradas.
La lucha puso a prueba todas las orientaciones, todos los sistemas organizativos y de trabajo sindical, todos los criterios tácticos. Corregir las carencias a la luz de las experiencias de manera que la siguiente ola del movimiento popular ahogue a la dictadura es una tarea necesaria que exige amplitud de criterios y seriedad de análisis.
LA SITUACION ACTUAL.
Al analizar las causas del golpe, señalamos que la oligarquía concreta su ofensiva para consolidar su poder. No es la culminación, es un jalón mas en el proceso iniciado en 1968.
Las razones geopolíticas (interese del capital monopolista extranjero y del imperialismo en la cuenca del plata) son factores que inciden sobre una crisis económica estructural y política, cada vez mas grave.
En el campo político, el régimen se encuentra prácticamente aislado; las FFAA son su principal sostén efectivo. Conscientes de tal realidad, la dictadura busca construir su base de apoyo social. Dispone del monopolio para practicar la demagogia.
La política económica y social de la oligarquía, solo le sirve a ella, al extranjero, al imperialismo.
Agravara las causas estructurales de la crisis, la enajenación de nuestra riqueza, el estancamiento productivo. Tiene un signo anti-patria, antinacional, exponiendo cada vez mas nuestra vigencia como nación oriental independiente. No obstante dicha debilidad (relativo aislamiento social y político) la dictadura dispone del monopolio de la información para practicar la demagogia, dispone de todo el poder, incluidas las FFAA, del Estado, es apoyada por el imperialismo y en el terreno económico no cabe prever, en el mediano plazo, ninguna catástrofe ni derrumbe que la afecte sino un estancamiento similar al que el país venia soportando. Podemos concluir, pues, que la derrota de la dictadura (bajo su forma actual o la que pueda adoptar en el futuro) depende, básicamente, de la resistencia y de la lucha que desarrolle el movimiento popular. Los sindicatos y el pueblo tienen por delante una lucha prolongada, no de corto plazo.
La clase obrera, columna vertebral de la resistencia popular durante la huelga de 15 días, debe seguir cumpliendo su papel cardinal.
De la gravitación de la clase obrera y sus sectores mas combativos en el proceso de resistencia iniciado, depende el signo social de la salida política a esta situación.
Del peso de la clase obrera y sus sectores mas combativos depende que de esta etapa de resistencia avancemos hacia el poder popular. Solo el papel protagonico del pueblo impedirá que esta lucha culmine con una salida entre bambalinas que signifique una nueva frustración para el pueblo y especialmente para la clase obrera.
PERSPECTIVAS.
De lo anterior, conduce sostener que con la dictadura Ni Tregua Ni Legitimación.
Pero debemos constatar que finalizada la huelga, en el marco del decreto del 4/7/73, las patronales han encontrado una oportunidad de golpear a las organizaciones sindicales. Un aspecto del proceso de recuperación de estas, consiste en comprender que las acciones generales del movimiento sindical solo serán posibles en la medida que se proceda a generalizar acciones posibles desarrolladas por sindicatos filiales o por regionales o zonales:
Entendemos que estas acciones deberán ser vinculadas a la siguiente plataforma inmediata que los nuclee y oriente en la lucha:
1)- Libertad para todos los compañeros presos, cese inmediato de las torturas. Vigencia plena del derecho de información y reunión. Derogación de la reglamentación sindical y toda legislación represiva, cese de las persecuciones y por la legalización de la CNT.
2)- Reintegro de todos los despedidos, sumariados y destituidos por motivos gremiales.
3)- Ajuste salarial de acuerdo con los índices establecidos por la CNT para Julio (73), actualizados a los índices de contención de la carestía y subsidios para los productos fundamentales de la canasta familiar. Medidas contra la desocupación y creación de nuevas fuentes de trabajo.
Es tarea entonces, en el corto plazo, unir a la militancia en la comprensión y asimilación de las enseñanzas de la huelga general, sobre una apreciación común –mínima- de la perspectiva, sobre el carácter de la lucha presente y futura. Ello resulta fundamental incluso para pelear despidos y presos.
En consecuencia queremos destacar:
1)- La dictadura busca ampliar su base social, hay que impedirlo. Los sindicatos deben, procediendo con la mayor amplitud, coordinar sus esfuerzos con los distintos sectores sociales que se definen contra la dictadura. La constatación del carácter reaccionario en lo económico y político del equipo de Bordaberry, exige fustigar duramente a quienes se comprometen con la dictadura. En el marco de esta caracterización es que la clase trabajadora debe promover la creación de un FRENTE DE RESISTENCIA POPULAR que nuclee a todas las fuerzas que se opongan a la dictadura y que estén de acuerdo en llevar adelante los cambios programaticos que el movimiento popular ya tiene aprobados: nacionalización del comercio exterior, banca, tierra frigoríficos, etc. Aquí debemos tener presentes los intereses que nos unen y los distintos grados de alianza que pueden determinarse y que nos conduzcan hacia el objetivo de la clase obrera y el pueblo.
2)- Disuelto el Parlamento, el ataque oligárquico se dirige hacia los sindicatos, la Universidad y la enseñanza, las asociaciones estudiantiles, los partidos y movimientos políticos de oposición, no necesariamente para destruirlos sino para condicionarlos y limitarlos. El decreto denominado de “Seguridad de Trabajo” tiene tal finalidad.
Los sindicatos no admitirán que los reglamente la dictadura y las patronales. La táctica de enfrentamiento se deberá procesar apreciando la fuerza disponible. No le tememos a elecciones con voto secreto, pues siempre lo hemos hecho y estamos dispuestos a ellas. Pero no admitiremos que nos enchalequen. Jamas renunciaremos a los métodos de lucha que el movimiento obrero ha acuñado en 100 años de experiencia y en la Huelga General.
3)- Adecuar los métodos de lucha y las pautas organizativas de los sindicatos a la realidad de los niveles represivos establecidos por el sistema. Asumir las responsabilidades que se deriven de la intensidad alcanzada por la lucha de clases en todos sus niveles. No caer en la dispersión táctica, unir y combinar las formas de la lucha sindical de acuerdo a las circunstancias.
4)- La movilización callejera debe formar parte de las acciones a emprender, asegurando su preparación adecuada.
5)- En la medida que el régimen detenta el monopolio de la propaganda, es preciso desarrollar (darle el valor que tiene) el frente de agitación y propaganda.
A todos los niveles del movimiento popular hay que luchar para lograr la mentalidad de la resistencia.
Hemos hecho una experiencia . Hemos librado una batalla. Serán otras batallas. Somos invencibles. Somos un pueblo que no se deja arrear.
ASPECTOS ORGANIZATIVOS
A)- Es fundamental que todos los sindicatos revisen su estructura organizativa, sus métodos de trabajo y funcionamiento, aprovechando las recientes enseñanzas.
B)- Es necesario que funcione un plenario nacional de sindicatos en forma permanente, que organice su trabajo según una Mesa Representativa.
C)- Luego de discutido el presente documento, es preciso su discusión en sesión plenaria a los efectos de elegir la Mesa Representativa de acuerdo a la realidad del movimiento sindical.
El secretariado debe asegurar la gravitación decisiva de los sindicatos obreros que sostuvieron el peso central del la huelga. Asimismo debe asegurar en su integración la presencia de todas las corrientes clasistas que actúan en el movimiento obrero.
ANEXO 2
•HISTORIA DEL 1 DE MAYO
•INFORME INAUGURAL DEL 1 CONGRESO DE LA TENDENCIA CLASISTA Y COMBATIVA
1886- 1 de MAYO- 2007.
EL MUNDO SERA DE LOS TRABAJADORES
En memoria de todos los trabajadores que cayeron luchando por un mundo nuevo.
ANTECEDENTES
Para comprender en toda su dimensión las heroicas jornadas de lucha protagonizadas por los obreros norteamericanos por las 8 horas de trabajo, debemos ubicarnos en el convulsionado escenario internacional de la última mitad del siglo XIX.
En Europa como en América, millones de trabajadores sobrevivían en condiciones infrahumanas, condenados a trabajar sin descanso entre 14 y 18 horas diarias.
Extenuados y desprovistos de cualquier tipo de asistencia, cientos de obreros encontraban la muerte al lado del torno o del telar.
En este período –en particular a partir de 1855- la burguesía hace una fuerte apuesta a la industrialización, fundamentalmente en el área de la metalurgia, los ferrocarriles se multiplican habilitando un mayor flujo comercial, de este modo la burguesía industrial sienta las bases de las grandes empresas monopólicas.
A pesar de las durísimas condiciones de trabajo y las penurias materiales, los obreros comienzan a organizarse para resistir las imposiciones burguesas y delinear su propia estrategia de emancipación. En todos los rincones del mundo industrializado los obreros comienzan a fundar asociaciones y a levantar sus propias demandas.
Fundamentalmente en Inglaterra y en Francia, el movimiento obrero desarrolla considerables niveles de organización.
El Manifiesto Comunista, escrito en 1848 por Marx y Engels, circulaba de mano en mano entre los obreros y artesanos de todos los países. Es en este magistral texto en donde por primera vez se expresa teóricamente la perspectiva de clase del proletariado, es decir, se lo ubica como sujeto histórico revolucionario.
Eran tiempos de fermentales e intensos debates en el seno de las organizaciones obreras. Las ideas de Marx se convertían en referencia para un número importante de trabajadores al tiempo que Bakunin y en menor medida Proudhon influenciaban fuertemente al movimiento de los oprimidos.
En 1864 se funda la primera internacional con lo que el movimiento obrero adquiere un mayor protagonismo y afianza el compromiso internacionalista. Es en el ámbito de la primera internacional en donde Marx expresa la certera afirmación : “La liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”.
Ya en 1866 se desarrollan memorables huelgas y manifestaciones obreras, fundamentalmente en Francia.
La respuesta de la burguesía no se hace esperar, la represión contra los obreros se desata despiadadamente, decenas de obreros son asesinados, cientos apresados, otros obligados a emigrar, los trabajadores se preparan para resistir y se vislumbran tiempos de revuelta popular contra el “orden” burgués.
En 1871 el pueblo parisino en armas dio surgimiento a la Comuna, primer intento de autogobierno obrero en la historia.
La burguesía ahogó en sangre a los comuneros, más de 20000 obreros fueron asesinados y más de 30000 fueron apresados. El intento comunero llegaba trágicamente a su fin pero el ejemplo y el heroísmo de los trabajadores franceses iluminó la conciencia de los trabajadores a lo largo y ancho del mundo.
La influencia de la Comuna fue determinante en las futuras luchas de los trabajadores y particularmente en el movimiento obrero norteamericano.
Un año mas tarde, en el invierno de 1872 en el marco de una aguda depresión económica en los EEUU, miles de trabajadores colmaban las calles de las principales ciudades de ese país marchando bajo la consigna “Pan o Sangre”, exigiendo soluciones inmediatas para la hambruna que cobraba la vida de miles de personas.
Con la caballería armada, la guardia nacional reprimió brutalmente a los manifestantes.
A partir de entonces, comienzan una serie de luchas obreras en Norteamérica que podemos considerar como los antecedentes de las jornadas de Chicago.
En 1877, todos los nudos neurálgicos del país quedaron literalmente cortados por efecto de una multitudinaria huelga ferroviaria.
Orientados por las ideas de la primera internacional y fogueados en la represión, los trabajadores comenzaron a templar sus fuerzas.
Al calor de la lucha de clases, crece el prestigio y se afianza el liderazgo de dos obreros anarquistas, el inmigrante alemán August Spies y el norteamericano Albert Parsons.
De este modo, comenzaba a andar el movimiento por la jornada laboral de 8 horas que tuvo su bastión en Chicago.
Doce años después de la Comuna de París y apenas tres años antes de las jornadas de Chicago, muere en Londres Karl Marx. El 14 de Marzo de 1883, Marx se duerme para siempre en un viejo sillón de su apartamento londinense.
El 17 de Marzo (1883) es enterrado frente a un reducido puñado de amigos y familiares. Frente a su tumba su amigo Engels pronunciaba un sencillo discurso en donde, entre otras cosas afirmaba, “imposible medir en palabras todo lo que el proletariado militante de Europa y América, todo lo que la ciencia histórica pierde en este hombre...”.
Hoy, en el amanecer del siglo XXI, el grito de Proletarios del Mundo Unios sigue retumbando en la cabeza y en el corazón de los pobres de la tierra.
HACIA EL 1 DE MAYO
Como vimos, las luchas por la reducción de la jornada laboral estuvieron precedidas por importantes enfrentamientos y por el desarrollo de fuertes organizaciones obreras.
La clase obrera organizada de los EEUU preparó largamente una huelga general sincronizada para el 1de mayo de 1886. Con dos años de anticipación, la Confederación de Gremios Organizados y Trade Unions, una de las organizaciones sindicales nacionales, convocó a una acción en la cual los trabajadores impondrían la jornada laboral de 8 horas y cerrarían las puertas de cualquier fabrica que no accediera.
Como bien se ha afirmado, “la demanda de ocho horas se iba a transformar, de una demanda económica de los trabajadores contra sus patronos inmediatos, a una demanda política de una clase contra otra”.
Las oprobiosas condiciones de trabajo y la creciente miseria en la que se encontraban los trabajadores hacían crecer la indignación y la disposición a la lucha de los hombres y mujeres que padecían los crueles designios de las patronales.
La enorme pujanza del movimiento crecía por todo el territorio y las clases dominantes se preparaban para reprimir a los huelguistas. En los días previos al 1 de Mayo, el Chicago Herald –un órgano de prensa de la oligarquía norteamericana- expresaba “el plomo es la mejor alimentación de los huelguistas” y recomendaba la prisión y el trabajo forzoso como la “única solución posible”.
La burguesía destilaba su veneno anti obrero en sus medios de prensa y dejaba traslucir nítidamente su odio de clase.
Muchos de los obreros más destacados del movimiento huelguista eran inmigrantes europeos perseguidos en sus países que contaban con experiencia en la lucha y un amplio bagaje teórico.
Las figuras más emblemáticas de aquel movimiento adherían a las ideas del anarquismo y proponían la acción directa contra el enemigo de clase.
La afiliación sindical crecía a medida que se aproximaba el 1 de mayo; la convocatoria se sabia multitudinaria, en todos los estados y en cada uno de los centros fabriles se preparaba la movilización, en algunas fábricas las patronales concedieron las 8 horas en el mes de abril intentando detener la huelga, en la mayoría de los estados el gobierno acuartelaba a la policía preparándola para la represión.
Se vivían tiempos de agitación. Los obreros estaban dispuestos a hacer realidad su aspiración de “ver la luz del día junto a sus hijo” como hacían los burgueses.
La inobjetable justeza del reclamo del “movimiento por las 8 horas” despertaba adhesión en el ámbito internacional y las clase dominantes temían que “la epidemia huelguista” cundiera por todo el mundo. La represión se olía en el aire y de esto eran plenamente conscientes los organizadores de la huelga. En una resolución aprobada por el Sindicato Central del Trabajo de Chicago se puede leer: “llamamos urgentemente a la clase asalariada a armarse para poder presentar a sus explotadores el único argumento que puede ser efectivo: la violencia”.
En una crónica de la época escrita por la brillante pluma del cubano José Martí se resume con inmejorable claridad la situación de los obreros norteamericanos. Decía Martí : “¡Quién quiera saber si lo que pedían era justo, vengan aquí, véanlos volver del trabajo, como bueyes tundidos, a sus moradas inmundas, ya negra la noche, véanlos venir de sus tugurios distantes, tiritando los hombres, despeinadas y lívidas las mujeres, cuando aun no ha cesado de reposar el mismo sol!.
Al aproximarse el 1 de mayo, marchas semanales recorrían Chicago. Hombres y mujeres hartos de la injusticia tomaban las calles al grito de “abajo el torno, el altar y los adinerados”.
MAYO LLEGO
El primer día de mayo las movilizaciones se desarrollaron en las principales ciudades del país con la participación de miles de trabajadores.
Como era de prever, Chicago fue el centro de la rebelión. En esta ciudad, más de 30.000 obreros adhirieron a la huelga. Todos los trenes pararon. Los corrales de ganado se cerraron. Los muelles estaban repletos de barcazas llenas de carga. Miles de proletarios y sus familias invadían la avenida Michigan.
La guardia nacional esperaba atrincherada a la “chusma obrera” atacando a los trabajadores en todos los lugares en donde se congregaban. Sin embargo, el 1 de Mayo transcurrió sin grandes incidentes.
En los días venideros se trataba de dar continuidad a la lucha y hacer realidad la jornada de 8 horas.
La gran fábrica de maquinaria agrícola Mc Cormick, despidió a 1.200 obreros que se adhirieron a la huelga y los remplazó por carneros defendidos por equipos de seguridad privada y amparados por la complicidad de la policía.
El 3 de Mayo, unos 8.000 huelguistas esperaron a los carneros a la salida de la fábrica para escracharlos y escarmentarlos. La policía reprimió salvajemente y la guardia privada de seguridad abrió fuego contra los huelguistas con el saldo de seis obreros muertos y más de cincuenta heridos.
Este hecho provocó una enorme indignación en las masas obreras que se manifestó en el llamamiento a redoblar la lucha. Para el día 5 de mayo se convocó a un acto en defensa de las 8 horas y en repudio a la represión de la fabrica Mc Cormick. El acto se desarrollaría en la plaza de Haymarket.
En el acto participaron más de 15.000 personas que escucharon los encendidos discursos de los obreros anarquistas Auguste Spies, Albert Parsons y Michel Schwab.
Una fuerte lluvia caía sobre la plaza. Cuando la multitud comenzaba a dispersarse la policía irrumpió a balazos contra los manifestantes. Una bomba es arrojada contra la policía matando a uno e hiriendo a 10, la respuesta de los cuadros represivos fue una verdadera masacre en donde se calculan más de un centenar de víctimas.
En Chicago las cárceles se llenaron de obreros que eran literalmente arrancados de sus casas; se destruyeron las imprentas obreras y la policía inventaba todo tipo de pruebas para justificar la prisión y los encarcelamientos masivos.
Los medios de prensa de la burguesía demandaban la “ejecución instantánea de todo subversivo”.
El gobierno de Chicago procesa a los tres oradores del acto y a cinco compañeros más: Agust Spies, Michel Schwab, Samuel Fielden, Albert Parsons, Adolf Fischer, George Engel, Oscar Neebe y Louis Lingg, quienes fueron encarcelados, condenados y cuatro de ellos ahorcados.
LA PARODIA DEL JUICIO Y EL CRIMEN
La parodia de juicio contra los 8 obreros tenía para las clases dominantes un marcado espíritu ejemplarizante y suponía una verdadera venganza de clase.
El gran jurado que se abrió en Chicago a mediados de mayo para juzgar a los trabajadores por la muerte de un policía, fue conducido por un alguacil especialmente nombrado para la ocasión que abiertamente declaraba, “yo sé lo que voy a hacer. Estos tipos van a colgar de la horca con plena seguridad”.
El juicio se extendió por varios meses, presentándose un cúmulo de pruebas falsas e inconsistentes contra los 8 acusados por el crimen de ponerse al lado de los oprimidos.
Refiriéndose al proceso de Chicago, el historiador francés M. Dommanget señalaba: “...fue una caricatura de jurado, de instrucción, de proceso, una innoble parodia de justicia que terminó por ser un juicio de clase, en toda la extensión de la palabra”.
Otro historiador, en este caso el norteamericano M Hillquit, escribió: “Es verdaderamente difícil leer los informes sin sacar las conclusiones de que fue la más monstruosa caricatura de justicia que haya sido dado ver jamás en un tribunal americano”.
Finalmente la condena llegó. Siete de los acusados fueron condenados a la horca y el octavo, Neebe, a 15 años de prisión. Posteriormente, y luego de las apelaciones Schwab y Fielden, obtuvieron que sus penas fueran sustituidas por la cadena perpetua y Lingg se suicidó en su celda.
Frente al tribunal burgués, Spies afirmaba con firmeza libertaria “si la muerte es la pena por declarar la verdad, pues pagaré con orgullo y desafío el alto precio, ¡llamen al verdugo!.
Lingg, de apenas 21 años, desafiaba al tribunal señalando “repito que soy enemigo del “orden” de hoy y repito que, con todas mis fuerzas mientras tenga aliento para respirar, lo combatiré... Los desprecio. Desprecio su orden, sus leyes, su autoridad apuntalada por la fuerza”.
El día de la ejecución, desafiando las prohibiciones y amenazas del gobierno, medio millón de personas asistieron al lugar para rendir homenaje a los mártires de la clase.
Con rostros serenos y con inquebrantable firmeza los cuatro condenados suben al estrado de la muerte.
Mientras el verdugo colocaba la soga y cubría los rostros con capuchas blancas, Spiens grito: “Llegará un tiempo en que nuestro silencio será más poderoso que las voces que ustedes hoy estrangulan”.
INFORME INAUGURAL DEL 1 CONGRESO DE LA TENDENCIA CLASISTA Y COMBATIVA
1
Compañeros y compañeras representantes de organizaciones hermanas invitadas a este acto, compañeros y compañeras representantes de organizaciones internacionales presentes , compañeros y compañeras todos.
No exageramos ni en un ápice si afirmamos, con modestia pero con énfasis, que estamos protagonizando en este acto un hecho de indiscutible valor histórico.
Por primera vez cientos de trabajadores provenientes de diversas ramas de la producción y los servicios, de múltiples matrices ideológicas y heterogéneas experiencias, se dan cita en esta verdadera asamblea democrática y obrera para levantar bien en alto las ideas del clasismo, para gritar a los cuatro vientos que seguimos creyendo en el papel histórico de la clase obrera como definitiva sepulturera del capitalismo.
Damos comienzo a este congreso reafirmando nuestra inquebrantable decisión de lucha sin tregua contra las patronales, el gobierno y sus cómplices de la burocracia sindical.
Aspiramos a que las deliberaciones de este ámbito contribuyan de modo decisivo para comenzar a estructurar una verdadera tendencia clasista y combativa que en su desarrollo desde el propio seno de las luchas populares se fortalezca como una real alternativa de dirección para el movimiento obrero.
En tiempos de confusión organizada, de entrega premeditada y de claudicaciones obscenas resulta impostergable levantar una verdadera muralla del clasismo que le corte el paso a los que pretenden convertir al movimiento obrero en el legitimador social de la política del gobierno, en el furgón de cola del capital. Cortarle el paso a la burocracia domesticadora y abrir un sendero propio de lucha obrera y popular por el triunfo de nuestras reivindicaciones inmediatas que vaya cimentando el camino de la construcción de una sociedad sin explotados ni explotadores, sin oprimidos ni opresores.
Levantando en cada una de nuestras acciones aquella consigna de la 1 Internacional “la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”.
Venimos presenciando desde hace algún tiempo con una claridad inconstrastable como desde los sectores hegemónicos del movimiento sindical se promueve la conciliación de clases con sus dramáticas consecuencias en la vida de los de abajo y sus organizaciones.
Dirigentes que prefieren los almuerzos de ADM y las cenas en el Radison con los asesinos imperialistas antes que la asamblea de trabajadores y la olla popular.
Dirigentes que marchan del brazo de los patrones detrás de la consigna “rentabilidad o muerte” para que al final de todo él entrevero los empresarios se queden con la rentabilidad y los trabajadores con la muerte. Dirigentes que hacen gárgaras con la independencia de clase para después subordinarse cual soldados a la lógica del gobierno, convirtiendo a las organizaciones sindicales en el terreno fértil para el carrerismo político de algunos oportunistas que sueñan con ser diputados.
Frente a estas corrientes todavía hegemónicas en nuestro movimiento obrero debemos levantar otro modelo de acción sindical antagónicamente opuesto al del reformismo tanto en su contenido como en su forma. Debemos desarrollar militantes sindicales que vivan y sueñen como trabajadores, que estén dispuestos siempre a correr la suerte del que lucha, que desprecien los sillones y elijan las calles y las plazas, que odien irreconciliablemente a los que explotan y oprimen y amen sin condiciones a los que luchan y resisten.
En definitiva se trata de volver a colocar a la clase obrera a la ofensiva como portadora de un proyecto histórico societal propio y como única garantía de superación del injusto orden del capital.
Este es uno de los desafíos centrales de este congreso, estructurar al clasismo, templar sus fuerzas y prepararse para el combate.
Somos plenamente conscientes de nuestras limitaciones y nos disponemos a superarlas en el marco del debate franco y la acción común.
Sabemos que el reformismo puede disfrutar de una leve brisa de viento a su favor pero sabemos también que de nuestro lado esta el huracán de la historia.
Desde las propias entrañas de lo viejo y podrido lo nuevo se abrirá paso de la mano de los trabajadores que más temprano que tarde se van a desembarazar definitivamente de las trabas que le imponen las direcciones actuales.
Las jornadas de debate que inauguramos en este acto serán sin duda un pilar fundamental en el camino de consolidación de una alternativa clasista para el movimiento obrero pero serán también un grito en el rostro de los claudicantes, vacilantes y conciliadores.
2
No podemos comenzar este encuentro sin mirar brevemente hacia atrás, en dirección de nuestra propia historia.
Nos sentimos humildes herederos de basto y rico legado del clasismo en nuestro pais.
Nuestras raíces se remontan a las primeras sociedades de resistencia en la segunda mitad del siglo XIX, en la pionera Sociedad Tipográfica de Montevideo fundada en 1870, en la primera huelga en nuestro pais protagonizada por los mineros de Cuñapiru en 1886, en la fundación de la FORU en 1905, en la primera Huelga General de 1911 en solidaridad con los obreros tranviarios.
En el ejercicio del internacionalismo proletario larga es la lista de acciones promovidas por las corrientes clasistas en solidaridad con la revolución Bolchevique, con la revolución Española, con el pueblo vietnamita, con la revolución cubana y con todas las luchas de liberación emprendidas por los pueblos del mundo.
Nuestras raíces se fortifican en la resistencia a la dictadura de Terra en la década del 30, en los gremios solidarios de los años 50 y maduran definitivamente en los agitados años 60, en el Congreso del Pueblo y la unificación sindical.
Nada en la historia de la clase obrera de nuestro pais puede ser explicado sin tomar en consideración el aporte de los militantes clasistas.
Nuestra corriente de opinión fue un pilar fundamental e insustituible durante la heroica huelga general de 15 días enfrentando el golpe militar, contra las direcciones vacilantes y negociadoras, contra los que cifraban expectativas en los sectores “progresistas” de las FFAA nuestra tendencia mantuvo con firmeza y combatividad la huelga general confiando solamente en las fuerzas de la clase obrera y su lucha organizada.
Durante la larga noche de la dictadura los militantes de tendencia conocieron la muerte, la tortura, la cárcel, la persecución, la clandestinidad y el exilio.
Una nueva generación de militantes clasistas forjada al calor de la resistencia cumplió un rol destacado y decisivo en la construcción del Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT) verdadera expresión de democracia obrera y participativa, estos militantes mantuvieron una actitud consecuente contra el pacto del Club Naval y la Conapro en los tiempos de reistitucionalizacion en el pais.
Capitulo aparte merecen los cientos de compañeros que ofrecieron su vida luchando contra la tiranía y por la emancipación de los trabajadores.
Este Congreso tiene la obligación política y ética de rendir él mas sentido de los homenajes a los mártires de nuestra clase y a todos los compañeros que lucharon hasta él ultimo aliento.
Gerardo Gatti, León Duarte, el perro Pérez, Santiago Rodríguez Muela, Ricardo Blanco, Anselmo García, Mechoso, Soba, Lourdes Pintos, Aída Saenz Helena Quinteros, la vieja Tota Quinteros, Heber Nieto, Ibero Gutiérrez, Salerno, Zabalza, Cultelli, Raúl Sendic, Luciano da Silva, Rutillo Bentancour, Ruben Sasano, Fernando Morroni, Roberto Facal y en ellos a todos los compañeros y las compañeras que regaron con su sangre el camino de la libertad.
En su memoria levantamos bien alto la consigna del grupo Hijos “quien dijo que luchaban por esta democracia, Luchaban por la Revolución”.
Nuestro homenaje no es el del frío mármol ni el del solemne minuto de silencio, nuestro mejor homenaje es el compromiso de seguir su ejemplo de lucha y dignidad siempre.
Cuando algunos de los actuales dirigentes del movimiento sindical ocupen apenas algunos renglones en el libro de la peor historia de las entregas y los renunciamientos. Nuestros compañeros serán sendero abierto, tierra fértil, ejemplo vivo encarnado en nuevas generaciones de luchadores. Nuestros compañeros seguirán estando presentes en cada huelga obrera, en cada grito de rabia de un oprimido, en cada piedra arrojada por las manos de un pobre contra los cristales de un banco, en resumidas cuentas nuestros compañeros están vivos y de ellos también es este congreso. Por eso decimos compañeros caídos Presente, Ahora y Siempre.
Tal vez, la mejor síntesis para un homenaje a nuestros compañeros se encuentre en aquel grito surgido de la garganta enronquecida del loco Duarte trepado en los portones de la FUNSA ocupada: ARRIBA LOS QUE LUCHAN!!!.
3
Comenzamos este Congreso en un momento de particular importancia en la lucha de clases en nuestro país.
Por primera vez en la historia el gobierno es ocupado por una fuerza política que representa en el imaginario social a la izquierda. Fuerza política que naciera como pretendida síntesis de las luchas populares de los años 60 y que en sus orígenes se definía como antiimperialista y anti oligárquica, por otra parte en todos los escalones del gobierno se encuentran ex luchadores sociales y políticos algunos de los cuales fueron protagonistas de primer orden en la lucha armada y posteriormente en la resistencia a la dictadura.
Esta fuerza política llega a controlar los resortes del estado luego de un largo proceso de adaptación (derechizacion) de su programa en el curso del cual se fue desplazando aceleradamente desde un tímido perfil social demócrata hacia uno abiertamente neoliberal.
Sin dudas de ninguna naturaleza, este es el gobierno con mayor legitimidad social de la historia y asume en el marco de enormes expectativas populares. En efecto, el 31 de Octubre de 2004 todo un pueblo gano las calles en la mayor movilización popular que se recuerde para celebrar la llegada al gobierno del progresismo y el desalojo del gobierno de los partidos de la burguesía.
Cuando aun no habían terminado los ecos de la fiesta popular, la pesadilla comenzó a hacerse presente. Antes de asumir,
. el gobierno emprende viaje a Washington y desde los propios jardines de la Casa Blanca anuncia que Astori será el ministro de economía y que Lepra el ex gerente de la transnacional Texaco y presidente de la cámara de comercio Uruguay-EEUU ocuparía la cartera de industria.
El rumbo estaba fijado y travestido de cambio apareció el peor de los continuismos.
Desde las primeras medidas y de forma sostenida durante estos casi 2 años de gestión el gobierno se alinea con el capital, mantiene y profundiza los rasgos centrales de la política económica excluyente, neoliberal y pro imperialista llevada adelante por la dictadura y los gobiernos posteriores.
Citemos sumariamente algunas de las medidas del gobierno progresista: desconocimiento de la voluntad popular promulgando un decreto que desconoce infamemente el triunfo popular en el plebiscito por el agua, arremetida contra los funcionarios públicos y implementación de una reforma de estado privatizadora, envío de tropas a invadir Haití, maniobras Unitas, instalación de bases yanquis en santa catalina, crminalizacion de las luchas populares con mas de 90 procesamientos, asensos y nombramientos en distintos cargos de connotados represores, instalación de las plantas de celulosa y promoción del monocultivo de eucaliptos, tratado de protección de inversiones con los EEUU, inminente firma de un TLC, pago por adelantado de los intereses de la deuda externa y nuevas cartas de intención con el FMI, reglamentación del derecho de huelga y las ocupaciones, negativa a otorgar prestamos para la construcción de viviendas populares y cooperativas, liquidación del Banco Hipotecario, vaciamiento de la salud publica privilegiando a las mafias blancas y al mutualismo corrupto, mantenimiento de las AFAP, Incumplimiento con el presupuesto educativo, solo para nombrar algunas perlas de un largo collar de medidas regresivas y marcadamente anti populares llevadas adelante por este gobierno con la anuencia y complicidad de los sectores de la oligarquía local y el imperialismo.
En materia de políticas sociales y medidas para revertir el genocidio social producido por décadas de salvaje neoliberalismo. Lo único que el gobierno ofrece es el plan de emergencia, que presentado como buque insignia va camino a convertirse en el Titanic.
Concebimos este plan como un operativo clientelar y asistencialista ajustado a los lineamientos del Banco Mundial con claros propósitos domesticadores.
Sostenemos enfáticamente, que no hay posibilidades de resolver ni siquiera mínimamente el problema de la pobreza sin meterse definitivamente con la riqueza.
Los consejos de salario presentados como la panacea de las relaciones laborales, son él los hechos mecanismos de conciliación de clases en donde el gobierno pretende jugar el imposible papel de articulador de intereses antagónicos convirtiéndose en concreto en un fiel aliado de las patronales. Por otra parte las pautas salariales del ministerio de economía, o más precisamente del FMI, lejos de permitir un proceso de recuperación salarial y consecuentemente una reactivación del mercado interno van en camino de un verdadero congelamiento de los salarios.
En materia de DDHH si bien podemos considerar un avance la aparición de los restos de Chavez Sosa y Miranda, este avance no es patrimonio del gobierno sino el resultado de años de lucha inclaudicable de las organizaciones de familiares, de la Plenaria Memoria y Justicia y el movimiento popular todo.
Escupiendo encima de la sangre de nuestros compañeros, este gobierno se comprometió con los asesinos y terroristas de estado a mantener la ignominiosa ley de impunidad. Continuando con el camino emprendido por la comisión para la paz el gobierno pretende negociar en componendas cupulares el sacrificio de los mejores hombres y mujeres de nuestra clase. Anuncian el punto final y la construcción de una cárcel 5 estrellas para media docena de fascistas y con eso pretenden acallar nuestras voces.
Desde este congreso levantamos bien alta nuestro grito para que retumbe en las cuevas de los gorilas golpistas y en las oficinas de los gobernantes vacilantes y arrepentidos que nosotros No olvidamos, No perdonamos y No nos reconciliamos.
El sacrificio de nuestros compañeros no será en vano, Habrá Justicia.
Cerramos esta breve caracterización del gobierno señalando con toda claridad que estamos en presencia de un gobierno continuista, fondomonetarista, neoliberal y represor.
Las expectativas que aun persisten en los sectores populares respecto del gobierno comienzan en forma paulatina, tendencial pero irreversible a transformarse en frustración. Ya son miles los que advierten el carácter de clase de este gobierno y consecuentemente comienzan a prepararse para su enfrentamiento, en este proceso debemos convertir la frustración en lucha organizada y de perspectivas emancipadoras.
Nada puede sustituir el papel del sindicalismo clasista y en gran medida la suerte que nos toque jugar a los trabajadores y los oprimidos en general en el futuro inmediato dependerá de la capacidad de nuestra tendencia para presentarse como una alternativa de lucha.
4
El próximo 6 de Octubre dará comienzo el 9 congreso del PIT-CNT primer congreso de la convención de trabajadores en el marco de un gobierno progresista.
El documento base para la discusión propuesto por el secretariado ejecutivo podría llevar por titulo el de Oda a la conciliación de clase. En el mismo se presenta una visión apologética de los consejos de salario, se elogia sin miramientos al gobierno y en materia de propuestas se limita a vagas y eclécticas generalidades.
El documento hace de la unidad un fetiche, golpeándose el pecho con la existencia de una “central” única y afirmando vanidosamente que otros trabajadores de la región no han podido alcanzar este maravilloso logro.
Lo que no dicen en el documento, es que los trabajadores de la región sin centrales únicas han volteado presidentes en la calle, en Argentina y Ecuador, han frenado el saqueo en Bolivia, combaten contra el TLC en Perú, ocupan miles de hectáreas para producir en Brasil y Paraguay, han recuperado y puesto a producir fabricas bajo control obrero entre otras tantas cosas.
En el material de la mesa representativa se presenta una plataforma para el movimiento obrero que aunque resulte surrealista no habla de salario ni fija un monto de aspiraciones salariales mínimas. Increíble pero cierto, para los sectores hegemónicos del movimiento sindical el salario ya no es parte de su plataforma.
Con estas premisas llegamos al 9 congreso en donde se prevé la participación de mas de 700 delegados muchos de los cuales representaran a sectores de reciente sindicalización.
Este congreso como los anteriores será un congreso regimentado con exclusiones y profundamente anti democrático. Afuera quedaran decenas de organizaciones sindicales con dificultades económicas, los trabajadores rurales, los desocupados y la inmensa mayoría de la clase que en el mejor de los casos seguirá el congreso por la televisión estatal.
Se anuncian tarjetas magnéticas para el control de los delegados, un concierto de gala en el Solis y la grabación de un CD con importantes artistas en conmemoración de los 40 años de la unificación sindical, es decir se apuesta a convertir al congreso en una fiesta antes que en una instancia de lucha obrera y popular.
El objetivo confeso de la burocracia sindical es hacer de este congreso una nueva instancia de legitimación del gobierno y su política.
Mientras tanto decenas de gremios se declaran en conflicto luego del fracaso de la ronda de negociación salarial, los empleados del estado empiezan a tensar sus fuerzas para enfrentar la reforma del estado que arremeterá contra siglos de conquistas, los peludos continúan en su digna ocupación en Bella Unión por tierra pal que la trabaja, Los compañeros de Coprograf cumplen hoy un año de ejemplar y valiente ocupación de la fabrica enfrentando los procesamientos y la criminalizacion de su justa lucha, los trabajadores forestales desarrollan su actividad en condiciones propias del siglo XIX, e incluso en el marco de practica esclavistas. La clase obrera sin trabajo se bate entre la desesperanza y la falta de perspectivas. Un ejercito de niños hijos de obreros sin trabajo mendigan en los semáforos y las calles de nuestra ciudad, viejos muertos de frío y jóvenes prostituyéndose forman parte del dantesco paisaje urbano, una generación entera de gurises se suicida en cuotas con la pasta base, cientos de jóvenes hijos de obreros desbordan las inmundas cárceles.
Este es el real panorama económico y no el que anuncia macro crecimientos que terminan en el bolsillo de los explotadores de siempre. Lo único que crece entre en los sectores populares es la miseria y la bronca.
Estos temas, en definitiva son los temas centrales e ineludibles que tiene que abordar el movimiento sindical, sin embargo no aparecen en la agenda oficial del congreso ni aparecen como motivo de preocupación en las intervenciones de los dirigentes del oficialismo sindical.
Le corresponde a nuestra corriente de opinión trabajar colocando el concurso de todos sus esfuerzos materiales y humanos para ubicar en el seno del congreso del PIT-CNT una perspectiva de lucha y consecuentemente denunciar sin titubeos la estrategia dominante de conciliación y sometimiento.
5
Compañeros y compañeras: cerramos este informe de apertura a nuestro 1 congreso albergando la esperanza de que las deliberaciones y las resoluciones a las que arribemos darán nacimiento a una fuerte corriente de opinión y de acción con capacidad para ofrecer al movimiento obrero un camino de lucha con perspectivas de triunfo.
Convocamos a todos a trabajar con responsabilidad y espíritu unitario en los días venideros, seguros que desde el calor de los debates surgirá la luz necesaria para alumbrar el camino de la acción común y la unidad para luchar.
Los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país, (unidos en el ejercicio de la solidaridad con los trabajadores del mundo), nosotros los hacedores de todo, seremos los constructores de un mundo sin patrones en donde se concrete en la realidad aquella aspiración de Bartolomeo Vanzetti “no esta lejos el día en que habrá pan para todas las bocas, techo para todas las cabezas y alegría para todos los corazones”.
POR UN MOVIMIENTO OBRERO CLASISTA Y COMBATIVO
POR EL NO PAGO DE LA DEUDA EXTERNA
FUERA EL FMI
NO AL TLC, NO A LAS BASES YANQUES EN EL PAIS
JUICIO Y CASTIGO A LOS TERRORISTAS DE ESTADO Y SUS COMPLICES
NO A LAS GUERRAS IMPERIALISTAS, SOLIDARIDAD ACTIVA CON LOS PUEBLOS AGREDIDOS
POR SALUD, EDUCACION, TRABAJO Y VIVIENDA PARA TODOS
AUMENTO GENERAL DE SALARIOS Y JUBILACIONES
LA TIERRA Y LAS FABRICAS PARA LOS QUE LA TRABAJAN
NI UN MINUTO DE TREGUA A LAS PATRONALES Y EL GOBIERNO
EL MUNDO SERA DE LOS TRABAJADORES
ARRIBA LOS QUE LUCHAN!!
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