La historia de FAU se vincula con otra historia: la del anarquismo en el Uruguay que arranca ya desde la década de 1870. Es el anarquismo fundador de la mayoría de los primeros sindicatos; su prensa es quien difunde las nuevas ideas socialistas y libertarias en nuestro país; es fundador de la primera Federación obrera; sus ideas y prácticas revolucionarias dejan una impronta en la historia del movimiento popular donde algunos de sus rasgos perduran hasta nuestros días.
Precede a la FAU esta historia y lo que hay concretamente de expresión libertaria en la década del 50: presencia en sectores obreros y estudiantiles. Habla de ello la lucha antifacista y tercerista en el medio universitario, una serie de conflictos obreros con incidencia de acción directa y poco más adelante la lucha de los gremios solidarios de 1951-52.
La FAU es fundada en octubre de 1956 y en ella confluyen militantes sindicales, barriales, así como sectores juveniles y estudiantiles agrupados en las Juventudes Libertarias, también algunos militantes españoles refugiados aquí.
La nueva Organización, como intento de organizar políticamente a los anarquistas uruguayos deber actuar en un país y en un continente que comienza a verse sacudido por la crisis y por la profundización de la lucha popular, y donde la ingerencia imperialista, especialmente la de Estados Unidos, se hace cada vez mayor y enfrenta crecientes resistencias. Está la reciente instrumentación yanqui de golpe de estado contra los planes de reforma en Guatemala. Son también los años de la "guerra fría", de la invasión a Hungría por las tropas rusas, de la intervención franco-anglo-israelí como respuesta a la nacionalización del Canal de Suez y de las triunfantes guerras de liberación contra el colonialismo en Africa y Asia.
La FAU se desarrollará anclada en la tradición revolucionaria bakuninista, en las posiciones organicistas que tuviera Malatesta uno de sus portadores más reconocidos, en experiencias y epopeyas de la Revolución Española, de cierta influencia clasista del anarcosindicalismo y tomando la tradición de los métodos de acción directa. Al mismo tiempo, la Organización y sus militantes son conscientes de que su actividad se debe desarrollar en un continente y en un país con las características específicas de lo que comienza a ser llamado Tercer Mundo. Nuestra militancia tiene presente el momento histórico, el nuevo contexto en el que debe desarrollar su acción, la necesidad que ello conlleva de ubicar los problemas de este tiempo, con cabeza propia, para operar en consecuencia.
Va estudiando temas, desarrollando su accionar, sorteando dificultades, teniendo aciertos y errores en esa fluida lucha social que un momento histórico revuelto plantea. Una obsesión lo empuja: poner en escena una propuesta y una ideología que considera totalmente vigente. Vendrán dificultades internas que serán rápidamente superadas y que no impiden la continuidad de la estrategia libertaria diseñada.
Para la burguesía un modelo de país entra en crisis y se intentará el reacomodo suprimiendo derechos y conquistas obreras y populares. La represión se intensificará y será en tal coyuntura un instrumento principal de la estructura dominante para efectivizar el modelo que le permita seguir adelante con sus brutales privilegios. Desde el poder un giro hacia la derecha intenta avanzar a fondo. Los enfrentamientos populares a la regresión y represión se hacen frecuentes. Frente a la situación que se vive cree la Organización necesaria la adopción de formas organizativas que le permitan llevar adelante las diversas actividades que encara: públicas algunas y también semiclandestinas o clandestinas otras. Un Decreto del gobierno declara ilegal a la FAU, junto a otras organizaciones, a fines de 1967. Esto no toma de sorpresa a la Organización y puede entonces continuar el conjunto de su acciones, incluso aumentar su crecimiento.
Mantuvo entonces una actividad regular y en aumento su incidencia político-social hasta el momento mismo de la llegada de la dictadura. Desde 1964 en adelante su coherencia y eficacia resultó mucho mayor. Fue creadora y dinamizadora de frentes de trabajo que lograron presencia y peso a nivel nacional, fundamentalmente a nivel de su capital. Participó activamente en la fundación de la CNT. Coordinó internamente y con otras fuerzas su participación en el importante Congreso del Pueblo. Hizo el llamamiento para la creación de la Tendencia Combativa. Integró el Coordinador, organismo con preferencia de lucha armada, con organizaciones como MLN, MIR y otros.
Participó, junto a otras fuerzas políticas, en un diario de cierta relevancia: "Epoca", que expresaba a la izquierda de tono combativo. Jugó FAU parte activa en la elaboración de un documento que permitiera una acción conjunta, en importantes zonas estratégicas, a estas fuerzas que integraban el diario.
Sufrió diversos golpes, compañeros presos y torturados, la propia organización legalmente perseguida durante casi cuatro años. Hasta 1971 la FAU realizó su actividad desde una situación de clandestinidad. En este periodo alguno de sus locales clandestinos cayeron y algunos de sus militantes tuvieron que actuar totalmente en la clandestinidad pues aparecían públicamente requeridos. Por momentos tuvo a más de la mitad de su Junta Federal detenida en cuarteles.
La FAU que ya había logrado desarrollar formas organizativas y de actividad que le permitieron mantener su funcionamiento, ya sea en los distintos sindicatos donde nuestros militantes actúan, en los organismos de dirección de la CNT, en el movimiento estudiantil, en tareas políticas, de acción directa armada, en la lucha ideológica contra el reformismo y el colaboracionismo obrero, fundamentalmente expresado por el Partido Comunista. Logra sacar y distribuir su prensa semanalmente durante todo el tiempo de clandestinidad: "Cartas de FAU". También en condiciones de clandestinidad realiza eventos internos consultivos y resolutivos, incluso de cambio en su Junta Nacional. De no menos importancia es la discusión y acuerdos puntuales con otras fuerzas revolucionarias; manteniendo nuestra independencia ideológica y política. Es de destacar que en este periodo, la Organización tiene un importante crecimiento. En 1968, ya en la clandestinidad, después de una decisión orgánica que previamente realiza evaluaciones estratégicas, a iniciativa de nuestro militantes, distintos grupos obreros y estudiantiles dan vida a la ROE (Resistencia Obrero-Estudiantil) que actuará con amplitud pero también como frente externo y de masas de la proscripta FAU. En la ROE actúan militantes de FAU con distinto grado de responsabilidad en la dirección de los sindicatos tales como industria del caucho, gráficos, bancarios, del gas, puerto, industria metalúrgica, textiles, industria química, refinerías de petróleo, transporte, sanidad, industria alimenticia, ferrocarriles, empleados de la Universidad, etc. Los estudiantes son fuertes fundamentalmente en el Instituto de Magisterio, entre los estudiantes de Enseñanza Secundaria, pero débiles en la Universidad donde sólo están presentes en pocas Facultades (Humanidades y Medicina).
El peso de la Organización en el movimiento obrero y popular reviste importancia. Marca una línea de trabajo combativo y cuestionador del sistema. Fue puntal del trabajo de Tendencia que nucleara a los partidarios de formas de trabajo no burocráticas, participativas y movilizadoras. No descuidó la polémica con el reformismo, fundamentando permanentemente el porque‚ de su accionar político distinto.
Paralelamente a la actividad de masas, a determinada altura, actuará la OPR (Organizaci¢n Popular Revolucionaria), aparato armada de la FAU que llevará adelante con bastante éxito una serie de acciones (sabotajes, expropiaciones económicas, secuestros de dirigentes políticos y patronales particularmente odiados por el pueblo, apoyatura armada a huelgas y ocupaciones de fábricas, etc.). La FAU inserta su acción armada en una óptica político e ideológica muy distinta de la de la mayoría de los movimientos de liberación latinoamericanos, en gran medida influenciados por el castrismo cubano y los teóricos del "foco guerrillero". El accionar de la FAU a través de la OPR tiene más bien algún parentesco con el de los compañeros de los grupos armados españoles vinculados a la FAI (Federación Anarquista Ibérica) de la década de los 20-30. Claro está que acusando recibo adecuado del contexto histórico que debe enfrentar y de la articulación global que deben tener sus distintas instancias militantes.
Se establece para el aparato armado sólo autonomía táctica, todos los operativos político-sociales son resueltos por la instancia política global. Se estima que su desarrollo y el tipo de violencia que ejecute deben guardar relación con el desarrollo de la lucha global del movimiento obrero-popular en el país.
Se procura evitar niveles de violencia que queden fuera de contexto y aislen. Al mismo tiempo se toman una serie de medidas de funcionamiento para prever y con miras a evitar deformaciones "militaristas". Combatir toda cultura de obediencia. El país sufre una profunda crisis económica y política, la "clase política" no da repuesta a los problemas urgentes que el mantenimiento del sistema plantea. Hay en el país ya instalada una dictadura constitucional. El movimiento obrero-popular responde ante quite de libertades y derechos. Organizaciones de combate marcan cierta presencia. Es todo un periodo de fuerte represión y enfrentamientos sindicales y populares. Entra el Ejército en escena y hegemoniza la represión. En diferentes lugares, también en el Parlamento, hay denuncias de brutales torturas en los cuarteles. Las llamadas “Fuerzas Conjuntas” (Ejército y policía)suman a su labor de represión física una labor de tipo ideológico, tratan de difundir confusión y miedo a través de comunicados puestos en los distintos medios de comunicación que utiliza. En dos o tres meses la represión prácticamente desmantela el MLN (Tupamaros). En un marco inseguro y de descenso de las luchas, con eminente amenaza de dictadura, la Organización evalúa la situación y considera necesario replegar parte de su fuerza. Hay en ese momento una treintena de compañeros en condiciones de clandestinidad. Los compañeros de OPR se cuentan entre los primeros que la organización evacua. Ellos se encargarán en lo inmediato, en la Argentina, de lograr los medios económicos para una lucha contra la dictadura que se prevé larga. Se estima que la Organización debe tomar las medidas pertinentes que permitan durar en el tiempo. “Durar haciendo, durar luchando” se dirá por ese entonces. En Junio de 1973 con la implantación de la dictadura militar, se completa el proceso de tiranización del país en un continente marcado por la presencia de dictaduras militares en Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay, etc. Ya en ese momento centenares de presos políticos pueblan las cárceles de Uruguay, la mayoría de las organizaciones revolucionarias han sido diezmadas. La FAU vuelca todos sus esfuerzos en la huelga general que durante quince días paralizará el país. Debe redoblar esfuerzos ya que la fuerza mayoritaria, el PC, repliega, en ese momento, gran parte de su fuerza militante y procura determinado diálogo con los militares. La huelga general sobrevive en la memoria de los trabajadores uruguayos como ejemplo de su decisión de lucha.
En estas condiciones, la FAU ordena ahora la evacuación de la mayoría de sus militantes hacia Buenos Aires, donde ya se encuentran los "más quemados", parte de la Junta Federal y los compañeros de la OPR, con la intención de iniciar desde ahí las tareas políticas que impone la resitencia contra la dictadura. En parte del año 73 y durante 74 y 75 la Organización desarrolla una importante labor desde la Argentina. Apuntalando el trabajo en Uruguay, logrando los medios materiales necesarios para sostener una larga resistencia. Militantes en Uruguay y militantes en el exilio ven a la Organización como una expectativa real. Comienza en ella en estos años un proceso hacia una apertura política que de cabida a mucha militancia que no procede del anarquismo. Un Congreso definirá una posición que apunta a tal objetivo. De cualquier manera se mantiene una estrategia de intención revolucionaria, antielectoralista y de matriz libertaria. Pero la situación Argentina se deteriora rápidamente. En setiembre de 1976 los militares toman el poder e instauran allí una brutal y genocida dictadura. Acorralados por la represión de los servicios especiales del ejército argentino y del uruguayo, operando el Plan Cóndor, una cincuentena de compañeros son asesinados y “desaparecidos”, luego de soportar indescriptibles torturas, otros tantos son condenados a largos años de prisión. Dentro de los asesinados se encuentran compañeros viejos de decisiva gravitación para el accionar del conjunto de la organización, por ejemplo Gerardo Gatti, León Duarte, Alberto Mechoso. Compañeros de formación intelectual y emotiva anarquista. El gran golpe sufrido genera dispersión, confusión y sensación de derrota. Una gran pérdida humana y militante que dejará profundas huellas en esta historia. La FAU, llevando en sus entrañas aquel periodo de lucha y en el mejor de los recuerdos a aquellos compañeros caídos seguirá el derrotero libertario hasta nuestros días.
Cae la dictadura y hay amnistía de presos políticos. La FAU se reorganiza en 1985.Con compañeros que han estado luchando en el país en los últimos años de la dictadura y que han tenido como referente primordial a FAU; con compañeros que salen de la cárcel después de muchos años de prisión y que han mantenido su definición anarquista de siempre; con compañeros que llegan del exilio con la disposición de continuar su militancia libertaria. En Marzo de 1986 se realiza el 7º Congreso, primero en esta nueva situación. Al tiempo que analiza la nueva coyuntura que le toca enfrentar se da su Carta Orgánica y Declaración de Principios. Documentos todos que se articulan a esta nueva realidad, envueltos en una concepción de ruptura y de propósito socialista libertario. Los modelos económicos y sociales llevados adelante por la dictadura, cuyos diseños fundamentales vienen desde una estructura imperial de dominación, han creado una enorme pauperización de los sectores populares y extendido la marginalidad, la exclusión. Y también la acción se deberá ahora realizarse en medio de una izquierda cada vez más institucionalizada, con menos confianza en la lucha, con altos componentes ideológicos de derrota, que centra la acción dentro de los parámetros y mecanismos del sistema capitalista.
En este marco de una miseria que ha crecido en el medio obrero-popular hay nuevas expresiones de descontento y urgentes reivindicaciones: luchas con los desalojos, por tierra para edificar, por trabajo, por mantener fuentes de trabajo, por mejoramiento de la atención de la salud, por mejores condiciones en la enseñanza. Los clásicos barrios obreros se han transformado básicamente en exbarrios obreros y la desocupación o el trabajo precario es lo dominante. Los barrios, en este nuevo contexto habilitan un importante trabajo regional. La FAU encara inmediatamente a su reorganización un trabajo en el medio sindical, barrial y estudiantil. Todo ello sin descuidar su tarea interna de reconstrucción y armado de su infra que ha sido diezmada en el periodo dictatorial.
Apenas iniciada su reorganización debió enfrentar la represión, tres de sus militantes fueron encarcelados y procesados. Una campaña intensa y sostenida fue la respuesta inmediata, campaña que contó con la solidaridad de organizaciones libertarias internacionales. Esta lucha fue factor de primer orden para lograr la libertad de los compañeros. De ahí en más la Organización ha tratado de estar participando o apoyando las diversas luchas populares: obreras, por vivienda, por salud, por trabajo, por educación, en defensa de DD.HH:, contra la desocupación de fábricas, contra diversas represiones. Junto a la población en las importantes movilizaciones contra las privatizaciones que enfrentaba al modelo neoliberal.
En lo orgánico la estructura federal funcionó adecuadamente para potenciar las distintas instancias de acción. Los Congresos fueron evaluando el trabajo militante y ajustando la estrategia a los tiempos que trascurren. El Federal y Secretariado fueron los encargados de aplicar las resoluciones generales al terreno concreto, fluido, de las coyunturas que se iban presentando. La propaganda estuvo a cargo de distintas expresiones: revista, periódico, murales, carro parlante, manifiestos y volantes. Casi todo editado en la imprenta de FAU. Los actos públicos, primero en teatros y después en la calle han contado hasta el momento con buena concurrencia. La militancia de FAU en los Ateneos barriales, con actividad regular, intensifica su accionar en oportunidad de los 1º de Mayo, convocando en los últimos tiempos a una coordinación que nuclea a miles de personas en una manifestación obrero histórico que recorre varios kilómetros.
Tiene resuelto, y ha hecho esfuerzos en tal sentido, de trabajar en pos de una coordinación regional libertaria. El CALA fue una expresión de esta inquietud. Los resultados no han sido del todo efectivo hasta el presente, pero las coordinaciones realizadas han arrojado algunos resultados favorables y aún hoy esta viva esta idea en quienes participaron en el CALA. Desde hace 10 años se mantiene una coordinación regular y en los últimos años orgánica con la Federación Anarquista Gaúcha.
Las relaciones internacionales con el campo libertarios son fraternales, al tiempo que se han priorizado aquellas que los años y lo hechos han ido marcando como más afines política y socialmente.
En distintas instancias orgánicas y especialmente en Congresos se han ido analizando categorías conceptuales y fenómenos relacionados con la etapa y la coyuntura. Procurando munirnos de aquellas herramientas teóricas que den mayores posibilidades de acierto a nuestra acción. Con la certidumbre en nuestro propósito socialista y libertario, con aciertos y errores, hemos atravesado todo un tiempo. Un tiempo de lucha con un ideal a la vista. Muchos queridos compañeros fueron torturados, encarcelados, asesinados y “desaparecidos” y son ellos un acicate permanente en la memoria y ánimo de la Organización. Hemos perdido hace poco otros viejos y queridos compañeros que estuvieron toda su vida política en la FAU, tales, por ejemplo, los casos de “Perro” Pérez, “Santa” Romero, Roberto Larrasq, Carlos Molina, Andrés Medina, también ellos son un ejemplo y referente permanente. Una militancia joven ha venido llegando a la vieja organización y levantado su bandera rojinegra y su espíritu de pelea, ella va asegurando su continuidad histórica. Distinta gente, distintos tiempos, los mismos sueños.
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